Sueños y gritos...

Sueños y gritos...

 

Gritar.

Todo empieza siempre por una necesidad primaria. Otra huelga, un grito más, una vía de escape, una terapia para frenar o posponer agresiones mayores (primero llega el grito, luego el golpe, quién sabe cuándo el cuchillo, el fuego, el suicidio o el rifle).

La propuesta huye del individualismo y aspira a la unión colectiva. Sugiere (hagámoslo) o amenaza (cuidado, lo haremos, estad preparados, ateneos a las consecuencias).

El lema verbaliza una realidad social (en los bares se habla más de la crisis que de fútbol) y propone trasladarlo al espacio público. Visibilizar el malestar, el dolor, la desesperación.

 

La súplica. La lógica histórica. El eterno retorno.

1922. Los privilegios de unos pocos eran el sueño de muchos.

2002. Lo soñado por tantos era un derecho de casi todos.

...

2022. Los derechos de algunos no los podrá comprar casi nadie.

 

O no.

Si la existencia de un culpable implicara siempre la eliminación de sus delitos todo sería radicalmente distinto. La sociedad sería dulce, amable, justa.

Porque siempre hay una causa, siempre un verdugo. Pero no siempre (a veces nunca) una reparación del daño sufrido.

 

Desnudos. Vulnerables. Frágiles.

Así se sienten. Para explicárnoslo se disfrazan y refuerzan así la farsa o la hipérbole (cómo saberlo). Tal vez sea por pudor ante la mirada ajena, o por miedo al frío de noviembre. O tal vez para reaccionar sea necesario sentir en la piel desnuda más sufrimiento, más desigualdad, más paro, más desalojos, más martirios...

"Vuestra obligación es protegernos", exclama ella. Olvida u omite las nuestras: elegir con criterio, exigir con firmeza, proponer cambios... y, por si todo esto fallara (a veces todo se derrumba), buscar abrigos alternativos ante el invierno y la adversidad, que siempre llega (y también se va).

 

La pesimista. Miedo a la pérdida de la memoria, de ese pasado que a veces parece más luminoso que el futuro. Qué sería de nosotros si nos robaran, además de lo posible, lo vivido...

La optimista. Encuentra o se inventa el lado positivo del drama cotidiano, le añade humor y lo disfruta autoconvencida.

La realista. Describe la realidad tal como es en un clásico de las manifestaciones recientes y se abstiene de opinar o proyectar temores o esperanzas pasados o futuros.

 

Independencia.

Ella acarrea su propuesta en la espalda, no la enarbola. Nos habla así de su falta de fe en las banderas tan socorridas últimamente en todos los bandos para distraer la atención: "Sí a la independencia del poder político respecto del poder económico".

Aquello de poder ejecutivo-legislativo-judicial está desfasado. También el religioso. Y el mediático. Su lema nos sitúa en la realidad contemporánea, nos recuerda que el poder económico es el que realmente impregna y subyuga la vida política y, consciente de su capacidad contaminante, lo quiere lejos.

 

Avanzar es imposible, cortado el paso.

Obligatorio retroceder y girar a la derecha, no hay otra opción. O eso indica el panel institucional.

A la izquierda deslumbra una luz, una nebulosa indeterminada fuera del área de juego oficial.

 

En la era del twitter, el ruido informativo y el simplismo y la demagogia, alguien defiende su capacidad intelectual explicando a los creyentes del pensamiento reducido a su mínima expresión que piensa luego existe.

La metáfora inscrita en su tuit exige más espacio para la expresión. Si en una pancarta no se puede abordar la complejidad de una protesta, cómo decidir de manera responsable sobre tu propio futuro con una papeleta cada cuatro años. Describiendo lo imposible, esboza lo posible.

 

Los Mossos d'Esquadra, los mismos que en la última huelga general hirieron de gravedad a muchos manifestantes y contribuyeron de manera determinante al caos, rodearon ayer la manifestación multitudinaria intimidando con máscaras anti-gas. Y cortaron calles creando una inquietante jaula humana. De nuevo una estrategia bien diseñada para justificar las acciones desproporcionadas posteriores, para golpear y disparar...

(Ah, las luces que decoraron la huelga, las protestas y los disturbios son navideñas. Feliz navidad y eso...)