A través de unos amigos, descubriendo la realidad

A través de unos amigos, descubriendo la realidad

La relación con los demás es una de las cosas más importantes de la vida de cualquier ser humano, relaciones de familia, pareja, amigos, compañeros de trabajo, vecinos, conocidos..., y la armonía en las relaciones, la verdadera armonía, es una fuente de bienestar, felicidad y seguridad.

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María y Jesús, autores del libro A través de unos amigos. Foto: S. Cremallé.

La relación con los demás es una de las cosas más importantes de la vida de cualquier ser humano, relaciones de familia, pareja, amigos, compañeros de trabajo, vecinos, conocidos..., y la armonía en las relaciones, la verdadera armonía, es una fuente de bienestar, felicidad y seguridad.

Un error muy común es creer que las relaciones se basan en lo que mostramos, en lo que decimos, en los gestos..., esta creencia ha llevado a muchos a modular el timbre de su voz para hablar dulcemente, aunque estén llenos de ira, sonreír al mismo tiempo que sienten envidia o desprecio... Puede que el otro no se dé cuenta de lo que realmente sucede, que no sea conscientemente en ese momento, pero internamente esos sentimientos influyen en la relación.

Para que una relación sea armoniosa deberíamos ser capaces de entender a los demás, respetarles, que no nos duelan sus errores, reconocer los nuestros, colaborar, sentir y mostrar gratitud y afecto, valorar sus virtudes y aciertos, alegrarnos con sus alegrías, compartir las propias..., aprender juntos. Es habitual que esto no ocurra, ¿por qué?

En las relaciones surgen los conflictos psicológicos

En las relaciones con los demás surgen los conflictos psicológicos sin resolver, conflictos reprimidos bajo capas de razones. Cuánto más cercana o íntima sea la relación, más fácil será que emerjan dichos problemas. Y no se pueden obviar, o se resuelven los conflictos que a cada uno le van surgiendo, o la relación no crecerá, empeorará, no será armoniosa.

Estos conflictos sin resolver conducen a relacionarse controlando, criticando, compitiendo, manipulando, comparándose, buscando alianzas y luchando, disimulando y, sobretodo, culpando, culpando por todo y a todo. Paradójicamente, cuando se han destruido las relaciones actuando de esta manera, muchos se preguntan por qué no consiguen ser felices.

A lo largo de nuestra última novela, titulada A través de unos amigos, vamos desvelando cómo hacer que las relaciones fructifiquen. La premisa principal es considerar las relaciones como una fuente de aprendizaje, el lugar en el que descubrir nuestros propios conflictos y aprender a resolverlos. Si actuamos de este modo, nuestras relaciones serán cada vez mejores.

A la raíz a través de los efectos

Fijándonos en nuestras actitudes y comportamientos en las relaciones, podemos deducir, en términos generales, cuáles pueden ser nuestros conflictos psicológicos sin resolver. Vamos a exponer algunos ejemplos, los más habituales... No se juzguen, la humanidad tiene pendiente resolver estos problemas.

Si se compara con los demás es debido a que teme ser menos, teme no ser valioso o que le minusvaloren.

Si se da cuenta de que está tratando de encontrar defectos en otra persona, si busca rebajarla aunque sea sólo en su mente, es debido a que tiene envidia, pero no se critique por ello, aprenda a resolverla. La envidia es la consecuencia de que se ha sentido menos que otro (fruto de la comparación) y esto lo teme, le enfada. Si la envidia es muy fuerte, puede incluso intentar hacer algo para que le vaya mal a esa persona, y su mente encontrará alguna manera de justificar ese comportamiento..., no lo haga, el más perjudicado será usted mismo.

Si nota una actitud orgullosa, de superioridad, es porque tiene miedo a sentirse inferior, a ser menospreciado. Íntimamente se ha sentido o se siente torpe y trata de sobreponerse con el orgullo.

Si busca que le valoren y compite, es porque interiormente se siente poca cosa y trata de sobresalir, y que le reconozcan. No hay nadie inferior a los demás, todos somos valiosos.

Si trata de llamar la atención continuamente o no puede estar casi nunca solo/a, es porque siente un vacío interno al que teme, como si dejara de existir cuando pasa desapercibido/a.

Si rechaza a alguien, por los motivos que sean..., algo despierta en usted esa persona que le atemoriza descubrir y afrontar (pero lo que debe resolver no tiene por qué ser lo mismo que uno ve en el otro).

Si muestra prepotencia, evidentemente tiene miedo a que le vean poca cosa. Si quiere que le vean fuerte..., teme esa debilidad que a veces siente internamente y trata de que no se note, ni siquiera usted quiere notarla.

Si es seductor/a, quiere captar a personas y desarrolla estrategias para lograrlo..., esto es debido a que le interesa algo, dinero, que le quieran, que le admiren por el aspecto de su pareja..., por consiguiente teme lo contrario, la pobreza, la soledad, el menosprecio..., no es que haya que conformarse, el problema es el miedo.

Todos estos miedos afectan a nuestra vida diaria y a nuestras relaciones. Hay más, pero todos tienen solución.

Recibir y aportar

Tener buenas relaciones personales requiere también entender que éstas deben ser bidireccionales. Muchos quieren tener pareja para "que les haga feliz", la familia "está ahí para apoyarme y darme lo que necesito", los amigos "para pasármelo bien". De ese pensamiento egocéntrico surge también la sentencia no menos egocéntrica de: "Esa persona no me aporta nada". Este egocentrismo, que da lugar a relaciones tormentosas, surge del temor a no tener lo que se necesita, y suele desembocar en las carencias que se temían. Para tener lo que se necesita hay que aportar, no sólo esperar recibir.

Las relaciones van creciendo según vamos resolviendo los conflictos que surgen en el día a día. Es bueno tener presente que cada uno hace lo mejor que sabe y hay que estar abierto a aprender, a decirle a otro sus errores, pero de su lado, no en su contra. Hay que comunicar lo que se necesita, no exigirlo ni darlo por supuesto, no mercantilear. Pedir ayuda, sentir y mostrar afecto, ternura, compañerismo, ser agradecido, colaborar, aportar, recibir..., aprender juntos. Si se aprende a actuar de este modo, inevitablemente las relaciones cada vez serán más armoniosas, alegres y amorosas.

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Capitulo Medios a Traves Amigos by ElHuffPost