Aprende a resolver lo que te hace sufrir

Aprende a resolver lo que te hace sufrir

Getty Images

Los "consejos" psicológicos actuales, tanto académicos como divulgativos, se enfocan en lograr el bienestar basándose en la fuerza de voluntad. O bien tratan de hacer que el malestar desaparezca (relajándose por ejemplo), o bien tratan de forzar el bienestar, pensando en cosas agradables o positivas, ("usted lo vale", "persigue tus sueños" o "se merece ser feliz", por ejemplo). Se divulga hasta la saciedad que "para ser feliz solo hay que querer" (es decir, más fuerza de voluntad), o se explica qué cualidades se deben tener ( seguridad, resilencia...) pero no se explica cómo conseguirlas. También se aboga por prestar atención a las sensaciones corporales con la intención de que se desvanezcan, o para controlarlas y que el pensamiento deseado se imponga a las emociones negativas...

Todas estas técnicas están abocadas al fracaso a largo plazo porque se enfocan en cambiar los efectos y no en entender las causas. En realidad, la única manera de ser feliz es entendiendo y resolviendo las causas del sufrimiento, teniendo en cuenta que las causas de su sufrimiento no estarán fuera de usted.

No se trata de gestionar

En una situación que produce malestar como la pérdida de alguien querido, dificultades en las relaciones, conflictos en el trabajo, dificultades económicas... hay reacciones psicológicas internas: los pensamientos, emociones y sensaciones que el suceso provoca. Como pensar que uno no es valioso, culpar a alguien, enfadarse, sentir un nudo en el estómago... Las circunstancias externas pueden desencadenar el malestar, pero el sufrimiento ocurre dentro de uno.

Conformarse con el sufrimiento, asumirlo, rebelarse, gestionarlo, negarlo, justificarlo, culpar a alguien, culparse uno mismo... todo esto son formas infructuosas de resolver el malestar. La salida del sufrimiento es comprender la realidad y abordarla correctamente. Principalmente se sufre por miedos, miedos propios, y hay que aprender a identificarlos para poderlos resolver.

¿A qué nos referimos con comprender la realidad?

Supongamos que alguien está sufriendo porque le han diagnosticado una enfermedad grave, enfermedad que puede incapacitarle o incluso llevarle a fallecer. ¿Qué hay que comprender ahí?

Además de lo evidente, es decir, que ha de poner todos los medios para tratar de recuperar la salud, se debe afrontar el sufrimiento psicológico. Que la persona sufra por su situación no va a mejorar su salud, incluso puede empeorarla. ¿Cómo se aborda entonces el sufrimiento ante una situación así?

Se deben identificar bien las ideas de las que surge dicho sufrimiento, ideas que son falsas y muchas veces no se han formulado conscientemente. Ideas como "el dolor puede ser insoportable", "esto no acabará nunca", "depender de otros es terrible", "no es posible ser feliz estando discapacitado", "la muerte hace sufrir necesariamente", "lo desconocido es peligroso", "si soy débil soy despreciable"... A partir de esas ideas podemos ser conscientes de los temores: al menosprecio, al dolor, a sufrir, a morir...

Una vez definidos los temores de los que surge el sufrimiento, hay que aprender a resolverlos. En muchas ocasiones es difícil entender, y asumir, que un hecho que hoy nos asusta y nos parece terrible, podamos afrontarlo con tranquilidad. Pero se puede. Habitualmente, lo que la persona trata de hacer es reprimir lo que siente y tratar de convencerse pensando o actuando, pero esto no funcionará a largo plazo ni en circunstancias acuciantes. Hay que ir al origen de sus respuestas, de sus reacciones, al origen de su forma de pensar y sentir. Los conceptos erróneos son el origen de las reacciones negativas, por tanto es imprescindible desvelar esos errores para resolver el sufrimiento.

En nuestro nuevo libro Aprende a resolver lo que te hace sufrir, Ilustrado con ejemplos, analogías y casos clínicos reales, explicamos cómo llevar a la práctica este aprendizaje, imprescindible para ser feliz.

  5c8a7207240000f404a31725

Aprende a resolver lo que te hace sufrir, el nuevo libro de Jesús Jiménez y María Ibáñez.