¿Dejar llorar o no dejar llorar?

¿Dejar llorar o no dejar llorar?

Dejemos que el bebé se exprese con el llanto, no le tapemos la boca con la teta o el biberón siempre, escuchemos lo que nos quiere contar sin la sensación de tener que callarlo a toda costa. Es muy probable que, cuando se sienta escuchado, acurrucado o calmado por la sola presencia de su padre tranquilo o su madre calmada se le pase esa ansiedad o ese miedo que le asolaba.

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"Llorar o no llorar, esa es cuestión" que diría Hamlet, o algo parecido fue lo que dijo. El ser o el llorar, como expresión del sentimiento, son, al fin y al cabo, modos de reflejar nuestras sensaciones, emociones como otra cualquiera.

Los adultos lloramos por pena o por emoción, por alegría o por cortar cebolla. Pero eso, al fin y al cabo, son sentimientos adultos, tintados por años de cultura y de domesticar emociones. El llanto ya no es una expresión espontánea. La mayor parte de las veces está ahogado por el qué dirán, por lo de que los hombres no lloran o para que no se corra el Rimel, y por otras ataduras de una sociedad que pretende sofocar las emociones.

Los adultos frecuentemente trasladamos nuestros sentimientos a esos seres bajitos que llamamos niños o niñas, les reprimimos con palabras despectivas como "llorón" o "llorona", les repetimos nuestras ataduras con el fin último de que se parezcan a nosotros y que de mayores sean gentes de bien.

Pero, ¿por qué lloran los niños? Ellos sí son espontáneos. Lloran cuando les da la gana, cuando les apetece o cuando tienen que poner la sirena para que se les oiga, cuando no saben hablar todavía. Un niño mayorcito no tiene penas o no debería tenerlas, llora por dolor cuando se cae, cuando se siente solo, o cuando reclama la atención de un adulto, ya sea de padres o profesores. Hasta ahora no veo por qué llorar es malo para un niño. Es un mecanismo de expresión. No veo a un nene de tres o cinco años reprimiendo el llanto y dando sesudas explicaciones de sus necesidades más interiores. Un niño llora, se queja de que le duele la tripa o de que le duele la cabeza como petición de auxilio ante algo que no le va como debería.

Cierto que algunos tienen el límite muy bajo y otros más alto, unos lloran por todo y otros no tanto.

Y, ¿qué ocurre con los bebés? Bebés de los de verdad, de uno o dos años, no de esos de 140 meses. Pues aquí ocurre un efecto muy curioso. Está demostrado que el adulto no es capaz de resistir el llanto de un bebé durante mucho tiempo a no ser que se esté catalogado como psicópata. El llanto de un bebé remueve al adulto por dentro, que se ve impulsado a hacer algo

Los abuelos solían decir eso de que el llanto ensancha los pulmones y que es sano. Ahora nos dicen que no. No es fácil saber quién tiene razón.

¿Qué hacer cuando un niño llora?

Muchos libros se han escrito al respecto, y miles de artículos mucho más expertos que este mío jalonan Internet y las librerías más preciadas. Todos ellos, o al menos los más exitosos, o simplemente los que yo conozco, suelen defender una u otra postura. Los conductistas sugieren dejar llorar para que aprenda que llorando no se consigue nada y que tiene que aprender a hablar, a dormir, a comer o a respirar. Y en el lado contrario, otros tremendistas, los que opinan que hay que ahogar el llanto como sea y equiparan una lágrima con una tortura recogida ya en el tratado de Ginebra.

Permitidme poner una frase que no es mía y que repito mucho. Incluso me atreví a situarla al comienzo de mi libro también: "A veces no hay por qué ahogar el llanto de un niño, tan solo hay que sentarse a su lado y llorar con él"

El niño nace llorando. Es la primera prueba de vida. Si no llora, el neonatólogo o la matrona saldrán corriendo y empezarán las maniobras de reanimación. El llanto es una respiración vigorosa. Los padres lloran de alegría y emoción cuando su bebé llora por primera vez. ¿Dónde está el problema? Pero esto ya no se volverá a repetir nunca. Cada vez que el bebé llore, los padres sufrirán, se alarmarán, intentarán calmarlo a toda costa, pero no volverán a llorar de alegría y emoción junto a él.

Los abuelos solían decir eso de que el llanto ensancha los pulmones y que es sano. Ahora nos dicen que no. No es fácil saber quién tiene razón. Hay aplicaciones del móvil que nos dicen cuando llora un bebé qué es lo que le pasa, igual que el maullido de un gato o el ladrido del perro. Hay aplicaciones para todo, hay traductores de todos los idiomas.

¿Es que el llanto del bebé es un idioma?¿Es una forma de comunicación con sus padres?

Yo creo que sí. El peque está intentando decirnos que tiene frío, que tiene calor, que tiene hambre o miedo o que le duele algo. Dejémosle hablar. En los primeros meses, el llanto suele suponer siempre hambre. Tomando teta o su poco bibe se le pasa la mayor parte de las veces, pero nos empeñamos en pensar que tiene "gases" o "cólicos" y les atiborramos de infusiones, medicamentos o directamente de placebos paternos como la homeopatía. Dejémosle expresarse, no le tapemos la boca con la teta o el biberón siempre, escuchemos lo que nos quiere contar sin la sensación de tener que callarlo a toda costa. Es muy probable que, cuando se sienta escuchado, acurrucado o calmado por la sola presencia de su padre tranquilo o su madre calmada se le pase esa ansiedad o ese miedo que le asolaba.