La importancia de un buen sofá

La importancia de un buen sofá

La TV es más social que nunca, no hemos de esperar a la mañana siguiente para hablar de ella en la máquina del café. Surge lo que se empieza a denominar Social TV, todo un fenómeno televisivo, tecnológico, y social que permite que la televisión vuelva a estar más viva que nunca (de hecho nunca me pareció muerta...). Nos han provocado y hemos respondido.

Dicen que a los hombres nos cuesta hacer dos cosas a la vez. Pues imaginad si una de esas es estar echado en el sofá mirando la TV. Qué, ¿imposible hacer nada más? Pues no. Para elevar nuestra autoestima, la evolución ha querido que nuestro ADN social como individuos coincida con la revolución de la tecnología digital (es decir, que se maneja con los dedos, muy fácil) y la irrupción de una cosa llamada redes sociales. ¿Y qué pinta la TV? Pues mucho. Porque es nueva y es la misma, la de toda la vida, me refiero a los programas, los concursos, los culebrones o los partidazos. Eso no cambia. ¿Qué es lo que cambia? Que es más social que nunca, que no hemos de esperar a la mañana siguiente para hablar de ella en la máquina del café. Surge lo que se empieza a denominar Social TV, todo un fenómeno televisivo, tecnológico, y social que permite que la televisión vuelva a estar más viva que nunca (de hecho nunca me pareció muerta...).

Nos han provocado y hemos respondido. Pero no solo los hombres. Mujeres, niños, jóvenes y cada vez más seniors se apuntan a esto. ¡Es que nos lo han puesto muy fáci! Sofá, TV de muchas pulgadas, iPad en la mano y Bisbal llorando en La Voz, o un par de Australopitecos chapoteando en un jacuzzi de Gandía, o Falete con su último modelo de baño lanzándose desde un trampolín. ¡Si es que nos provocan! Y con ello inundamos Twitter y Facebook con nuestros comentarios y opiniones sobre ello, lógico. ¡Qué momentazo!

Hace poco hubo batalla social entre Gran Hermano 14 y Splash! Famosos al agua. Casi 200.000 comentarios y 100,000 en el otro suscitarían las distintas peripecias de sendos programas, según Tuitele.tv. En otro programa histórico, David Bisbal congregó a 300.000 espectadores sociales hace unos meses mientras lloraba de emoción tras una actuación musical de un concursante. ¡Espectacular! O la reivindicativa gala de los Goya 2013 concentró 400.000 comentarios en Twitter durante la ceremonia.

Y todo esto desde casa, sentaditos en el sofá. ¡Y que el de al lado no me moleste! "Cariño, qué haces sonriéndole al móvil, ¿con quién chateas? No nos vemos en todo el día y te pones ahora con esto?", "¿Qué?, ¿perdona?, no te escuchaba, es que no sabes cómo están dejando a parir al Bisbal este!" Total, cisma en el sofá de casa.

Lo que empieza por un fenómeno social y tecnológico tiene una derivada comercial por parte de las Televisiones y los propios anunciantes. ¿Hemos de dejar que simplemente suceda? ¿Cómo podemos aprovechar esta nueva manera de ver Televisión y socializar con los nuestros gracias a los contenidos y tecnología?

Por parte de las Televisiones la oportunidad está muy clara, y es que esa información en vivo y en directo que los propios televidentes les proporcionamos debería ir en beneficio del propio contenido, de una mejor adaptación a lo que gusta y no gusta. A más audiencia social más audiencia final. Y es que según un estudio realizado por Havas Media Group y Salvetti Llombart, entre un 40-60% de los que comentamos la TV a través de las redes sociales, declaramos estar influenciados en la elección de una programa por ese hecho, por poder comentarlo o que nos lo recomienden. ¡El poder social para crear audiencias!

¿Y para los anunciantes y las marcas? La primera visión es de amenaza, de tener a un posible consumidor menos atento a la publicidad al estar multipantallenado. Y es que alguien que esté con la tableta delante de la TV puede llegar a perder hasta la mitad del recuerdo publicitario. Por el contrario, si conseguimos que lo que centra su atención en la tableta esté relacionado con lo de la TV, el recuerdo vuelve a recuperarse. Por tanto, distintas ventanas, diferentes pantallas pero un solo contenido. Esa es la clave. Ahí las marcas pueden jugar un papel importante y llegar a conectar incluso mejor con sus consumidores (ejemplo Mercedes, con su campaña #youdrive). Un dato más. En la pasada Superbowl, el 75% de los spots emitidos en la media parte llevaban algún tipo de llamamiento social para interactuar con él. Y una anécdota de ese mismo momento: Oreo, que no invirtió ni un dólar en publicidad, tuvo la misma repercusión que muchos spots simplemente aprovechando el apagón de luz y tuiteando hábilmente.

Pues nada, animaos, es una experiencia muy grata, en serio. Estiraos en vuestro sofá, poned vuestro programa favorito en la TV, agarrad la tableta o el móvil y dejad que vuestro instinto social y cotilla haga el resto. ¡Social TV!