¿Todos somos machistas?

¿Todos somos machistas?

Leticia Dolera, en una imagen de archivo.El HuffPost

Por vivir en el mundo en el que vivimos, todos tenemos una base machista. Lo que nos va diferenciando es cuánto tiempo hemos dedicado a pensar en las estructuras hegemónicas que sustentan ese machismo.

¿Una persona feminista merece menos respeto en sus ideas porque en algún momento siga teniendo resquicios de un machismo que, por desgracia, llevamos grabado culturalmente?

Voy a partir de dos ejemplos que han estado en los medios y en las redes sociales últimamente.

Por un lado tenemos a la concursante de Operación Triunfo, María, que, como cada vez más jóvenes de su edad, va luchando desde el feminismo por sus derechos. En el mismo programa donde la echaron, se encontró con su novio. Un encuentro, que seguramente ya habréis visto y tuvo muchas críticas (si no lo habéis visto, lo podéis ver aquí).

Por otro lado tenemos la gran polémica que se generó alrededor de la figura de Leticia Dolera por la carta que Aina Clotet publicó en relación a la decisión de no contar con ella en la nueva serie de la escritora de Morder la Manzana.

Si analizáramos la actitud de Simone de Beauvoir en el día a día, probablemente habría muchas acciones que con nuestra perspectiva se considerarían machistas, ¿debería, por eso, dejar de ser la madre del feminismo?

Son casos muy diferentes y el debate ha sido muy amplio, pero algo se ha repetido en los dos temas: ¿Por qué se les suele atacar a ambas por incoherencia por haber escrito/dicho/hecho acciones feministas? ¿Se les atacaría de forma diferente si desde un principio tuvieran una actitud claramente machista?

¿Hay que escuchar menos a una chica que lucha por su forma de ver el mundo sólo porque pueda tener un novio machista (cosa que no me atrevo a afirmar, ni tampoco a negar, en el caso de María)?

En el caso de Leticia Dolera, y sin analizarlo, quiero hacer un ejercicio de imaginación: pensemos que en lugar de lo que pasó, Leticia hubiera tenido una actitud claramente machista para la mayoría de las personas y hubiera despedido a una trabajadora sólo por no tener que cubrirla durante la maternidad, ¿hay que dejar de escuchar todo lo que tiene de interesante su discurso y todo lo que ha creado?

¿Dar un paso en la dirección del machismo hegemónico hace que haya que eliminar todos los pasos que se han dado en pos de la destrucción de los cimientos que lo sostienen?

La tendencia hegemónica es siempre la de destruir a los que consiguen ir avanzando. Yo intento hacer un esfuerzo por entender y sacar lo mejor de cada discurso y entender que, si fuera tan fácil desterrar el heteropatriarcado, todos nos comportaríamos de una forma coherente y ecuánime en todos los sentidos. Pero no es así, y hasta en los actos más nimios se encuentra la base hegemónica.

Si en algún momento alguien considera que eres incoherente pasas a ser un fraude de feminista o, en otras palabras, machista.

Si eres muy coherente con tu feminismo y tienes una dirección muy clara eres una feminazi, y si en algún momento alguien considera que eres incoherente pasas a ser un fraude de feminista o, en otras palabras, machista. ¿Qué espectro queda para lo humano? ¡Qué difícil es ser feminista!

Simone de Beauvoir, madre del feminismo, vivía en una sociedad machista. Si analizáramos su actitud en el día a día, probablemente habría muchas acciones que con nuestra perspectiva se considerarían machistas, ¿debería, por eso, dejar de ser la madre del feminismo?

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