La mala gestión de los penaltis (en la final de Champions)

La mala gestión de los penaltis (en la final de Champions)

Cabe preguntarse si el equipo técnico del club colchonero preparó con suficiente cautela y minuciosidad la posibilidad de la tanda de penaltis. Porque si los aficionados todavía siguen pensando que son una lotería, los responsables de un club de la entidad del Atlético de Madrid no pueden dejar a la intuición de los jugadores tales decisiones dada la relevancia que antes hemos señalado.

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Foto: EFE

Cuando se pierde una final de Champions por tercera vez, es recurrente apelar a una supuesta maldición que persigue al equipo colchonero. También ha sido un mantra en esta última final de Champions escuchar que los penaltis son una lotería. Lo cierto es que en los poco menos de diez minutos en los que se lanzan los penaltis se ha dirimido la felicidad de millones de aficionados y millones de euros que van asociados a los premios que otorga la UEFA. No es un asunto precisamente menor.

Por eso cabe preguntarse si el equipo técnico del club colchonero preparó con suficiente cautela y minuciosidad tal eventualidad. Porque si los aficionados todavía siguen pensando que una tanda de penaltis es una lotería, los responsables de un club de la entidad del Atlético de Madrid (o cualquier otro) no pueden dejar a la intuición de los jugadores tales decisiones dada la relevancia que antes hemos señalado. Sobre todo, teniendo en cuenta que desde hace aproximadamente un lustro ya hay instrumentos estadísticos que permiten recoger y procesar información muy valiosa sobre cómo lanzan los penaltis los jugadores y cuáles son las tendencias de los porteros a la hora de elegir a qué lado lanzarse.

Sobre esta base hay tres aspectos en los que el Atlético de Madrid pudo haber actuado de manera manifiestamente más eficiente y, con ello, posiblemente haber dado la vuelta al marcador final de la tanda de penaltis. En primer lugar, si como cuenta el jugador madridista Arbeloa, el Atlético resultó beneficiado en el lanzamiento al aire de la moneda para dirimir quién empezaría la tanda, no se comprende que dejaran al Real Madrid iniciar la tanda. De hecho, en unas imágenes televisivas se ve al capitán del Real Madrid con gesto de gran alegría Es incomprensible tal decisión, pues las estadísticas muestran que los equipos que empiezan tirando la tanda de penaltis se imponen en el 60% de las veces. Solo se puede entender si es que en el ADN del club rojiblanco está inserta una cierta tendencia al autoflagelo.

En segundo lugar, pudieron haber optado por una estrategia preventiva ante la posibilidad de que el Real Madrid pudiera haber estudiado las tendencias del portero titular, Oblak. Cosa que precisamente ocurrió, pues resulta extraño que los cinco lanzamientos madridistas fueran por el lado izquierda del meta esloveno. En este sentido, podrían haber optado por cambiar de portero justo antes de finalizar la prórroga y, con ello, posiblemente desbaratar la estrategia madridista. Así hizo, sorprendente pero exitosamente, Van Gaal en la última Copa del Mundo ante la inminencia de la tanda de penaltis contra Costa Rica.

Y en tercer lugar, una vez iniciada la tanda, el mismo portero o el equipo técnico podría haber identificado el patrón de lanzamiento madridista. De esa manera, habrían aumentado las posibilidades de detener alguno de los últimos penaltis. Vale recordar un precedente similar: la final de Champions de 2012 y cómo Van de Saar, el portero del Manchester, logró poner nervioso al último lanzador del Chelsea, Anelka, tras percatarse de que los cuatro lanzamientos previos del club londinense fueron todos por su lado malo, el izquierdo. Con un simple gesto con su mano del que se derivaba que sabía por dónde tiraría el penalti, el portero provocó que el delantero francés dudara y así logró detener el penalti que le otorgaba el ansiado título europeo.