¿Y si me sale un hijo heterosexual?

¿Y si me sale un hijo heterosexual?

¿Y si un día me viene el niño con que le gusta Fito y los Fitipaldis, Sabina o, lo que es aún peor, Dire Straits? (su otro padre moriría del infarto en el tercer caso. E incluso en el segundo) ¿Y si me viene con que en vez de ver los conciertos de La 2 quiere cambiar a esas cadenas en las que se construyen grandes estructuras de la humanidad?

El otro día me dijo un amigo mío que había tenido que llevar a su hijo pequeño a un concierto de Fito y los Fitipaldis. El escalofrío que recorrió mi espalda fue de tal magnitud que, horas después, aún seguía temblando. Porque, ¿qué habría pasado si hubiera sido mi propio hijo, si, tras haber educado su oído musical con las variaciones Goldberg desde la cuna me hubiera salido con algo similar? ¿En qué he fallado, en qué hemos fallado como padres?

Ese temor, como yo imaginaba, no era más que la aproximación a otro mucho mayor, a uno que ni siquiera me había atrevido a verbalizar... ¿y si me sale un hijo heterosexual? Nada me aterraría más. Porque en mi casa, eso de la heterosexualidad pues como que nunca se ha visto, que quieren que les diga. Mi marido y yo hemos sido siempre de contarle cuentos en los que lo normal era que los niños tuvieran dos papás y dos mamás, como todo el mundo, al cine lo llevamos a ver Maurice, Brokeback Mountain y Muerte en Venecia en cuanto tuvo uso de razón, en mi casa los partidos de fútbol solo se ven para comentar qué jugador está de buen año (físicamente hablando), a cuál le queda mejor la barba... Pero ¿y si mi hijo me pregunta que qué es un fuera de juego? Que yo, si hay que explicar el sistema de votación de Eurovisión se lo explico a quien haga falta (es más, se lo explico cada año a cientos de personas), pero el fuera de juego... por ahí no paso.

¿Y si un día me viene el niño con que le gusta Fito y los Fitipaldis, Sabina o, lo que es aún peor, Dire Straits? (su otro padre moriría del infarto en el tercer caso. E incluso en el segundo) ¿Y si me viene con que en vez de ver los conciertos de La 2 quiere cambiar a esas cadenas en las que se construyen grandes estructuras de la humanidad (presas en China, megaplataformas petrolíferas, carreteras transandinas)?

Nosotros nunca hemos sido de heterosexualidad en nuestra casa. Nosotros hemos sido de leer a Lorca y a Cernuda. ¿En qué hemos fallado entonces? ¿Prefiero un hijo muerto antes que heterosexual? ¿Lo llevo a algún psicólogo, compro algún libro sobre cómo se cura la heterosexualidad? Hoy lo he visto mirando desfiles de modelos ¡femeninos! en ropa interior y luego he descubierto que en google ha tecleado "Victoria sicret" (así, que va a colegio bilingüe de la Comunidad de Madrid). Cualquier día nos lo dirá, lo estamos esperando. Lloraremos, le diremos que si hemos sido unos padres distantes, o sobreprotectores, que si se lo ha pegado algún niño en el cole (o lo que es peor, ¡alguna niña!), que si algún profesor le ha hablado del tema en clase. Frenaré a mi marido en su intención de ir al colegio amenazándoles con denuncias.

Pero al final pues ¡qué vamos a hacer! Cualquier día llegará con una novia y se pondrán a hacer eso en su habitación, llena de pósteres de Rock Hudson, de Tom Cruise, de todos los que el pobre niño ha ido poniendo durante años para disimular su naturaleza, quizá para no hacernos sufrir de forma anticipada. Y se casará (creo que los que son como él ya se pueden casar en este país) e iremos a la boda y lloraremos de emoción cuando suene Por la boca vive el pez.

Dejo de teclear porque viene ¡con un amigo, bello y rubio como un ángel! La esperanza es lo último que se pierde. Yo, por si acaso, voy a buscar a la Streisand en el espotifai , a ver si se ponen cachondos.