iPhones bajo el agua

iPhones bajo el agua

No es un secreto que la publicidad busca atraer la atención sobre los productos que anuncia y que para conseguirlo habitualmente se exageran sus bondades. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha denunciado a la compañía Apple por publicidad engañosa, pidiendo la retirada del anuncio de su iPhone 7.

5c8b23d022000031001a6280

Imagen publicitaria del IPhone 7 (Foto: IStock).

La noticia que hemos conocido esta misma semana es que la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha denunciado a la compañía Apple por publicidad engañosa, pidiendo la retirada del anuncio de su iPhone 7. En el anuncio controvertido, ambientado en una piscina, un bañista conecta los altavoces de su iPhone colocando el teléfono sobre un pequeño charco de agua en una mesa y sube a lo más alto de un trampolín, ejecuta un salto y se da una zambullida que salpica el teléfono sin que este deje de sonar. Lo más destacado en el anuncio es la calidad de estos altavoces, y en él se sugiere que funcionan perfectamente aunque el teléfono esté mojado.

OCU denuncia que el mensaje publicitario invita a los consumidores a creer que el iPhone 7 es completamente resistente al agua, que puede mojarse sin el menor daño cuando, al mismo tiempo, la garantía del teléfono excluye precisamente los daños que pueda sufrir por causa del agua u otros líquidos. Es decir, que el anuncio está destacando una supuesta resistencia al agua mientras que la garantía contempla que, si el teléfono se ve dañado por haberse mojado, esos daños no quedarán cubiertos ni, por lo tanto, están garantizados. O lo que es lo mismo, el iPhone 7 en realidad no es invulnerable al agua como sugiere el anuncio y, si se moja, puede estropearse... como todos.

En España, la publicidad engañosa está regulada a medias en dos leyes distintas. Una es la Ley General de Publicidad (Ley 34/1988, de 11 de noviembre) y la otra la Ley de Competencia Desleal (Ley 3/1991, de 10 de enero), aunque también tenemos que tener en cuenta la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios (Real Decreto Legislativo 1/2007, de 16 de noviembre). Por publicidad engañosa podemos entender aquella que, por su contenido, puede llevar a malentendido o confusión a los clientes a los que se dirige. La Ley de Competencia Desleal la incluye en su regulación de los actos de engaño y, para no complicarnos ahora demasiado, diremos muy resumidamente que persigue todas las conductas que induzcan a error a los destinatarios de los bienes o servicios.

Si aceptamos que el anuncio está destacando una propiedad del teléfono (ser resistente al agua, funcionar perfectamente aun si se moja), y que al centrarse en ella la está valorando como una característica principal, el hecho de que en realidad la garantía del producto acepte que puede dañarse por causa del agua y que además excluya cubrir o garantizar esos posibles daños nos coloca en una situación complicada.

Porque de lo que se trata es de que esa imagen que el anuncio da del teléfono lleve a los consumidores a pensar que efectivamente puede mojarse sin el menor desperfecto, y que esa es una cualidad importante. Si esta propiedad puede valorarse como un motivo para adquirirlo (porque nos está dando a entender que es algo característico del teléfono) y luego resulta no ser cierta, podemos discutir un posible engaño publicitario. Esa discusión pasará por decidir si el anuncio efectivamente está dando a entender que el iPhone 7 es resistente al agua o no.

No es un secreto que la publicidad busca atraer la atención sobre los productos que anuncia. Tampoco que para conseguirlo habitualmente se exageran sus bondades. Siempre hay un margen perfectamente legal para estas exageraciones, admitidas como inocuas en tanto no induzcan a creer que lo que nos intentan vender tiene cualidades que en realidad no tiene, o inconvenientes de los que no se nos ha avisado. Usando un ejemplo clásico, no es lo mismo asegurar que un detergente lava más blanco que cualquier otro (a fin de cuentas... ¿cómo se comprueba lo blanca que queda una prenda?... ¿no dependerá de lo blanca que fuera ya antes de lavarla?) que asegurar que puede usarse con todo tipo de tejidos si luego resulta que es agresivo con la seda o el lino.

En el caso del anuncio de Apple tampoco vamos a concluir que se nos esté asegurando que podremos usar el teléfono bajo el mar (la exposición al agua es bastante limitada, solo se asocia al funcionamiento de los altavoces), pero sí se muestra un aparato al que el agua no parece afectarle en absoluto cuando la realidad es que, en el mejor de los casos, lo probable es que tengamos que enterrarlo en arroz si se nos moja.