Manuel Fraga y Benjamín Netanyahu: dos placas callejeras y un destino

Manuel Fraga y Benjamín Netanyahu: dos placas callejeras y un destino

AFP/Getty Images

En EL PAÍS del 11 de marzo leí que Netanyahu, al enterarse por Google de que en 2008 se había colocado en un pueblo árabe-israelí, Jutt, una placa con el nombre de Arafat, ordenó, a través de su ministro del Interior, que se retirara dicha placa con el argumento de que ninguna calle del Estado de Israel podía llevar el nombre de "asesinos de israelíes y judíos". Puestos a hablar de asesinos, habría que recordarle a Netanyahu matanzas de árabes como la de Deir Yasin el 9 de abril de 1948, en la que milicianos de las organizaciones terroristas judías Irgun y Stern asesinaron a 130 palestinos. El 30 de octubre del mismo año, son 94 palestinos los que mueren en la aldea de Salha tras encerrarlos en una casa y disparar sobre ella tanques israelíes. En julio de 1946, el Irgun bombardea el Hotel King David, y en ese bombardeo mueren 91 funcionarios británicos, además de árabes y judíos y el embajador de España. En septiembre de 1948, el grupo STERN asesina al mediador de la ONU, el conde Folke Bernadotte, sueco. En 1946, el jefe del IRGUN era Menajem Beguin, futuro primer ministro de Israel. En la dirección de STERN estaba Isaac Shamir, también futuro primer ministro de Israel.

Pasamos ahora a la segunda placa, ésta en territorio gallego. Lo que narro sucedió a la salida de la villa de As Pontes de García Rodríguez, en la provincia de A Coruña. Estando yo aún trabajando como traductor en la Oficina de la ONU en Ginebra, un emigrante gallego, Suso Baamonde, originario de Xermade (Lugo), cerca de Villalba, me contó que un concejal del Ayuntamiento de As Pontes y practicante sanitario de la Central Térmica de As Pontes, propiedad de ENDESA, había colocado una placa con el nombre de Rúa de Castelao en una esquina de una casa del Atallo do Rego do Muiño, que bordea la carretera antigua de Ferrol a Villalba. He hablado hoy con un vecino de As Pontes, Tomás Coello, que aún reside allí y recuerda lo sucedido. Según me dijo él, y también Suso Baamonde, la colocación de la placa ocurrió en el verano de 1969.

Pues bien, Manuel Fraga, aún ministro de Información y Turismo, iba en su coche oficial de Villalba (de donde era originario) a A Coruña y, al pasar, vio la famosa placa. Al llegar a A Coruña fue a ver al Gobernador Civil y, conociendo a Fraga, debió conminarle a que ordenara que retiraran la placa honrando a Castelao, lo que así se hizo. Castelao tuvo la suerte de ir a Madrid, en mayo de 1936, con una comisión de políticos gallegos a entregar el texto del Estatuto Gallego que acababa de aprobarse en referéndum. Castelao, de quedarse, habría sido paseado como Anxo Casal, el alcalde de Santiago, cuyo cadáver apareció en una cuneta el 19 de agosto de 1936, o fusilado como Alexandre Bóveda, el 17 de agosto de 1936. Castelao, Bóveda y Casal fueron los auténticos impulsores del Estatuto de Autonomía de Galicia del 36. Por cierto, otro gran impulsor, y nada menos que secretario de la Comisión que lo redactó, fue el abuelo paterno de Mariano Rajoy: Enrique Rajoy Leloup, del que se dice tuvo que esconderse al comienzo de la sublevación militar