El futuro de la energía y el agua: una reflexión optimista

El futuro de la energía y el agua: una reflexión optimista

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Las energías fósiles se van, las compañías petroleras, también. En apenas una década, resulta más barato apostar por energías renovables y limpias que por cualquier otro tipo de fuente en todo el mundo.

Las principales españolas son cada día más conscientes de que el terreno digital es el futuro, y por ese motivo se suben a la ola del big data y la transformación digital.

En los últimos años, hemos visto una evolución (positiva, sin duda, desde la perspectiva de la experiencia del cliente) de la orientación empresarial de las eléctricas. El trato ha cambiado, de abonados a clientes, se ha buscado una relación más directa y personal (en un contexto de incremento de precios del 45% en cinco años, desde 2012, y para suavizar dichos precios). Se está pasando una demanda inelástica al precio por una progresión activa de la gestión de la demanda, posible gracias a los contadores inteligentes que están permitiendo una racionalización del uso de la energía familiar y empresarial. Se ha invertido en canales digitales de comunicación entre comercializadores y consumidores, que están dando más protagonismo y poder a los clientes gracias a las nuevas tecnologías de generación distribuida, almacenamiento, sensorización y domótica.

En suma, busque la omnicanalidad y la gestión digital, busque la relación experiencial con el cliente (con precios elevadísimos, como digo) ¡del negocio de siempre! Un negocio en revisión, insostenible a largo plazo. Veamos:

¿Y qué pasa con el agua?

En un mundo ideal, posible, desde luego, con la velocidad de lo que podría venir barato y abundante . La desalinización del agua salada ahora solo necesita 2kWh por metro cúbico (¡0,3 euros!). Los costos energéticos (y por tanto económicos) de desalar el agua de mar se han reducido de un modo significativo en los últimos 30 años, lo que ha provocado su expansión en todas las zonas costeras del mundo con problemas de suministro.

No hay agua corriente en la mayoría de los lugares, el 75% de la población mundial vive a menos de 100 km del mar, lo que significa que las posibilidades de que pueda llegar a la desalación como alternativa a la escasez de agua potable. Solo tenemos agua potable escasa. Imaginemos lo que es posible si alguien puede tener tanto agua limpia como desear, con un costo muy asumible. Será (sería) una revolución planetaria.

Hay que invertir dinero, creatividad y esfuerzos en resolver los problemas medioambientales asociados, especialmente, cómo gestionar la salmuera que se genera con los procesos actuales de desalación, lograr la transformación de residuos desalinizadoras para obtener agua a menor costo y convertir los residuos generados en otros productos con alto valor comercial . El objetivo es tanto reducir los costes de la desalación mediante la valorización del residuo , como evitar los vertidos de salmuera para preservar el medio ambiente.

En definitiva, entre los avances de la sociedad en el siglo XXI, los que tienen menos poder olipolístico en el corto plazo, que tienen menos poder adquisitivo costes de producción, existiendo un efecto de abaratamiento en productos y servicios; abaratamiento agregado al que generar robótica, inteligencia artificial y automatización en el marco de la industria 4.0.

Creo sinceramente que, en este mundo viene , con los vertiginosos cambios que vemos llegar, vamos a pensar cómo vamos a tomar y tomar decisiones, estrategias planear a corto y medio plazo. Por ejemplo, ir pensando si ponemos placas en el tejado de ...

Hay razones, un juicio, para el optimismo en este ámbito.

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