El PP lleva a la parálisis parlamentaria

El PP lleva a la parálisis parlamentaria

EFE/Juan Carlos Hidalgo

El PP lleva a la parálisis parlamentaria. El Parlamento está viviendo una legislatura muy deficiente como consecuencia, esencialmente, de la actitud del Partido Popular y del Gobierno que preside Mariano Rajoy. Hay datos que, con independencia del partido al que se tenga afinidad, no resultan admisibles:

  1. Los Presupuestos Generales del Estado para 2018 se deberían haber presentado antes del 30 de septiembre de 2017. Es lo que ordena el artículo 134.3 de la Constitución, que también hay que cumplirlo. Es claro que carecer de los apoyos para aprobar dicha norma es el síntoma de que no se dispone del apoyo de la cámara y que, en consecuencia, hay que disolver el Parlamento. Para evitarlo, nada mejor que no someterlo a debate, o lo que es lo mismo, hurtar al Parlamento el cumplimiento de su función. Al mismo tiempo, esto permite gobernar sin las propias limitaciones que imponer la Ley de Presupuestos, al tener el del año anterior prorrogado.
  2. El Gobierno está vetando la tramitación de Proposiciones de Ley presentadas por los grupos parlamentarios, amparados en el artículo 134.6: "toda proposición o enmienda que suponga aumento de los créditos o disminución de los ingresos presupuestarios requerirá la conformidad del Gobierno para su tramitación". No hay debate presupuestario y, por ello, no se pueden debatir nuevas iniciativas de gasto y al mismo tiempo no se permite la tramitación de nuevas proposiciones de ley, a pesar de que su impacto presupuestario en el año 2018 va a ser realmente limitado, debido a la premiosa tramitación parlamentaria.La Comisión de Peticiones del Congreso de los Diputados sigue siendo un órgano absolutamente ineficaz para recibir las peticiones de la ciudadanía
  3. El control del Presidente del Gobierno es muy deficiente, apoyado, además, en la rigidez de la Presidencia de Ana Pastor. Una comparativa nos sirve: el primer ministro británico o el danés responden a preguntas parlamentarias, muchas de ellas espontáneas, durante un tiempo que oscila entre 45 minutos y una hora. El presidente del Gobierno español lee unos papeles en 15 minutos.
  4. La Comisión de Peticiones del Congreso de los Diputados sigue siendo un órgano absolutamente ineficaz para recibir las peticiones de la ciudadanía. Contrasta profundamente con lo que ocurre en el Parlamento Europeo.
  5. El Congresoha reprobado al ministro de Justicia, Rafael Catalá, al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, al ministro de Asuntos Exteriores Alfonso Dastis -éste en dos ocasiones- al secretario de Estado de Interior, al Fiscal del Estado, al Fiscal Anticorrupción... sin que tenga ninguna consecuencia. El juicio político que emite el Parlamento se debería haber traducido en un cese inmediato de la persona que haya sido enjuiciado negativamente por el Congreso de los Diputados.La responsabilidad no es sólo del Partido Popular y del Gobierno. Es, también, del partido que lo sostiene, Ciudadanos, más allá de que ahora estén en medio de una crisis de pareja
  6. Se han inadmitido en términos absolutos 87 comparecencias de autoridades y se han rechazado 214 peticiones de comparecencia de miembros del Gobierno o autoridades, ya sea en pleno o en comisión. Todo ello en un año y medio aproximadamente. Es consecuencia de que el actual reglamento del Congreso permite que sea el partido que sostiene al Gobierno el que decida cuándo se le controla, dado que se aplica la misma filosofía que en la aprobación de leyes, mero problema de mayorías. La solución que parece más razonable es la que está en el artículo 44.1 de la Constitución de la República Federal de Alemania que exige la apertura de una Comisión de investigación siempre que lo solicite un 25% de los miembros del Bundestag. Es una regla automática que se debería extender, asimismo, a las peticiones de comparecencias de los miembros del Gobierno.
  7. El Gobierno sigue gobernando por Real Decreto Ley, siguiendo la práctica de la legislatura de la mayoría absoluta del PP. Durante el año pasado se aprobaron 21, casi el doble de las leyes ordinarias (12). Un problema al que la lentitud del Tribunal Constitucional y los efectos de las sentencias hace que hasta ahora carezca de solución el incumplimiento de los presupuestos habilitantes para la promulgación de este tipo de norma. Recordemos que con este tipo de norma, el Parlamento carece de capacidad para introducir enmiendas, ya que sólo se permite una votación sobre el conjunto del texto.
  8. La responsabilidad no es sólo del Partido Popular y del Gobierno. Es, también, del partido que lo sostiene, Ciudadanos, más allá de que ahora estén en medio de una crisis de pareja. Venir a la vida pública a su regeneración y hacer exactamente lo contrario -perpetuar los vicios- es una muestra de su inconsistencia.