El futbolista al que ETA extorsionó

El futbolista al que ETA extorsionó

En el limitado mercado del Athletic, un lateral como Lizarazu no podía dejarse escapar. Internacional con la mejor selección francesa de la historia y uno de los pilares de un equipo, el Girondins, que había sorprendido al mundo con jugadores como Dugarry, Dutruel o un tal Zinedine Zidane.

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En el limitado mercado del Athletic, un lateral como Lizarazu no podía dejarse escapar. Internacional con la mejor selección francesa de la historia y uno de los pilares de un equipo, el Girondins, que había sorprendido al mundo con jugadores como Dugarry, Dutruel o un tal Zinedine Zidane.

Bixente Lizarazu juega con Francia pero puede fichar por el Athletic porque es natural de San Juan de Luz, País Vasco francés, aún así, el día de su presentación, puede haber problemas.

Arrate era el presidente, y sorprende al jugador con un consejo claro.

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"Antes de salir me dijo: 'Contesta que no puedes ser extranjero pues eres vasco'".

Es una de las anécdotas que cuenta años después Lizarazu en su autobiografía, Bixente. Sin embargo, el detalle que más llama la atención es otro, Lizarazu saca por primera vez algo que nadie se atrevía a confirmar: que el chantaje de ETA también llegó al fútbol vasco.

"Desde aquello nunca he vuelto a ser el mismo". (197)

La verdadera cara del terrorismo queda a veces difuminada tras la frialdad del relato periodístico, y si no se vive en Euskadi, normalmente no se puede sentir la crudeza de la situación que han tenido que soportar muchos vascos, algunos, deportistas de élite aparentemente alejados de la política. Lizarazu, en su libro, reproduce un fragmento de la carta con la que ETA le amenazó.

"Sentimos inquietud y cólera pues has defendido los colores de un Estado enemigo... Has sido pagado con creces para llevar la camiseta de un Estado opresor con el dinero robado a los vascos y al pueblo vasco. Habida cuenta de los emolumentos recibidos del enemigo, ETA se dirige a ti. Una falta de respuesta entrañaría una respuesta contra ti y contra tus bienes". (324)

La vida del lateral cambia radicalmente. Comienza a tener problemas con Luis Fernández, su técnico en aquel momento, y se plantea buscar una salida.

"En el País Vasco, todas las mañanas inspeccionan mi coche, miran debajo, lo arrancan. En los aeropuertos, tomo entradas desconocidas, reservadas a los jefes de Estado".

La cabeza de Lizarazu no estaba en lo que tenía que estar, y a pesar de que su rendimiento se recuerda bueno, en el Athletic solo jugó 16 partidos. El pequeño lateral que había sorprendido al mundo se deshacía. (414)

A ese proceso de desequilibrio creciente seguramente ayudó la poca empatía de Lemerre, seleccionador francés en aquel momento y conocido por sus supersticiones y su poco tacto.

"No te voy a sacar. Sabes, incluso he dudado convocarte. Con todo lo que pasa a tu alrededor, la carta de amenazas de ETA, he temido que traigas ondas negativas al equipo. El equipo es más importante que todo, más importante que tú".

Aunque desde fuera su fichaje por el Bayern se interpretó como la clásica venta de futbolista que ambiciona otros logros futbolísticos, en su biografía, Lizarazu deja claro que su situación en Bilbao era insostenible y que por eso buscó un cambio, cambio con el que ganó cinco ligas, cuatro copas, una UEFA y una copa Intercontinental, pero con el que tampoco ganó tranquilidad. (556)

"En Alemania, acudía a los entrenamientos del Bayern en una berlina blindada camuflada con armas largas al alcance de la mano. Me imagino en el Aston Martin de James

Bond. Este delirio, en el que me pongo en la piel de 007, quita gravedad a ese ritual pesado y me permite soportarlo".

Hoy, Lizarazu reparte su tiempo entre el Surf y una fundación de ayuda a personas mayores que han sido abandonadas.

"Amo profundamente el País Vasco pero jamás he sentido la necesidad de reivindicar mi pertenencia de manera política. Nada me permite pensar que la existencia sería mejor si mi País Vasco se volviera independiente". (663)

Nota del editor: En el artículo se decía que el entrenador de Lizarazu había sido Raymond Domenech, y no Roger Lemerre, como se ha corregido posteriormente. El texto apuntaba además, sobre el carácter de Domenech: "Que se lo pregunten a Ribery si no". La frase ha sido en consecuencia eliminada.