La felicidad que esconde el cambio

La felicidad que esconde el cambio

Si una puerta se cierra, una ventana se abre.

Ya sé que suena a basura motivacional, pero en realidad es pura ciencia.Khosrork via Getty Images

Después del mareo, las náuseas y la metralla de cientos de preguntas que pasan por la mente a la velocidad de la luz, el primer paso es recuperar el aliento cuando se recibe la noticia de que algo ha terminado. Tras la cita con tu ahora exjefe o expareja sales del lugar sin tener claridad en lo que acabas de escuchar y es irremediable que unas cuadras más adelante se te ocurre la mejor frase de todos los tiempos que pudiste usar, pero te das cuenta que ya es demasiado tarde.

Un ciclo ha terminado y pasas por todos los estados emocionales, de la ansiedad de un futuro incierto, a la felicidad de nuevas posibilidades, del miedo a lo desconocido, a la euforia de la libertad. Te repites incansablemente que todo es para bien, mientras buscas en tu horóscopo o en redes sociales una señal de que esto es lo mejor que pudo ocurrirte.

Si esto te suena familiar te comparto cuatro pasos para descubrir la felicidad que esconden los cambios:

1. No hagas nada.

Así como nos enseñan en los momentos de crisis, no corro, no grito, no empujo. En otras palabras: CALMA. El primer paso es descansar, darte tiempo de tregua. En la confusión no podrás tomar buenas decisiones así que necesitarás encontrar calma. Dedica al menos tres días para procesar y asumir lo que ha ocurrido. Se vale llorar y enojarse, en ese tiempo está bien estar mal, la única regla es que no puedes hacer nada destructivo, eso incluye las reglas de no tomar, no suplicar y no hacerte daño físico.

En este tiempo sé obsesivamente amable contigo, detente inmediatamente cuando te estés diciendo cosas negativas y pon distancia de personas que sean tóxicas para ti. Necesitas cargar las pilas para todo lo que viene y para ello necesitas estar en paz.

2. Inicia una nueva rutina.

Despertar, meditar, hacer ejercicio, comer bien, dedicar tiempo a pensar en tu futuro, hacer algo que te guste y dormir bien son aspectos que deben estar en tu nueva rutina. Mientras más orden tengas en tu día más claridad encontrarás. El orden y la disciplina para cuidar de ti son habilidades que podrás trasladar hacia cualquier aspecto de tu nueva vida. Ponte el reto firme de cuidarte. La nueva versión de ti y tu nueva vida necesitan nuevos y mejores hábitos así que concéntrate en dedicarte a ti todo el tiempo y amor que dedicabas a aquello que ha terminado.

3. Piensa en grande.

Este es el momento clave. El resto de tu vida está en tus manos, es tu obra maestra y este es el momento de comenzar a planear. ¿Qué quieres? ¿Cuáles son las cosas que no podías hacer antes y para las que ahora tienes tiempo? ¿Cómo te imaginas que será tu vida? Haz listas de todas las cosas que quieras e imagínate cómo te vas a sentir cuando lo consigas. Ya sé que suena a basura motivacional, pero en realidad es pura ciencia.

Visualizar tu futuro activa una zona de tu cerebro que se llama sistema de activación reticular y básicamente lo que hace es que diseña filtros nuevos para que tu enfoque y tu percepción cambien. Tus filtros mentales de siempre crearán la misma realidad una y otra vez, si quieres una nueva realidad necesitas cambiar esos filtros y la visualización es la ruta directa a esa transformación.

4. Reinvéntate.

Atrévete a hacer cosas nuevas. Deja de definirte y recuerda que eres una gloriosa obra maestra en proceso de construcción. Para lograr tus sueños tendrás que hacer cosas que nunca has hecho. Aprende algo que sea interesante para ti, lee acerca de lo que deseas lograr. Estamos en la era de la información y todo el conocimiento humano se encuentra a la distancia de un click. Únete a grupos de personas que tengan intereses similares a los tuyos, encuentra una nueva tribu para ti. Este es el paso mágico, mantente en movimiento hasta que te despiertes y te sientas afortunado de ser el dueño de tu vida.

Los cambios son oportunidades poderosas para reinventarnos y para ser felices. Los grandes inicios requieren de finales. No te rindas, no te destruyas y no te compadezcas. Estás acá para cumplir con un propósito y seguramente eso que terminó era un obstáculo para que lo lograras. Ten certeza en que te mereces una vida plena. Agradece el tiempo que ha terminado, descansa, cuídate, sueña en grande, reinvéntate, límpiate el polvo y ve a ser EXTRAordinario.

Este post se publicó originalmente en el HuffPost México.