Democracia y machismo son incompatibles

Democracia y machismo son incompatibles

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Casi mil mujeres han sido asesinadas por machistas criminales en los últimos 15 años. Son casi mil las historias de sufrimiento, humillación y terror que acabaron con la vida de todas esas mujeres y provocaron la desolación de sus familias. A ellas se suman la multitud de historias de mujeres que actualmente están sufriendo violencia mediante la agresión verbal, física o sexual, la violencia psicológica o económica, la intimidación, el acoso, la discriminación o el menosprecio.

Cuando las mujeres son asesinadas por el machismo nuestra democracia evidencia sus deficiencias, nuestra democracia falla a las mujeres. Cada vez que una mujer es agredida y humillada con la permisividad del patriarcado, es un fracaso colectivo.

Los poderes públicos tenemos el deber de cumplir con la Constitución, que iguala en derechos y deberes a mujeres y hombres. Sin embargo, no habrá una consecución plena de los derechos de ciudadanía de las mujeres mientras no se nos garantice una vida libre de violencia.

La violencia de género constituye tanto un problema de Seguridad Pública como de Salud Pública. Las mujeres viven en riesgo constante de ser agredidas, de ser violentadas, de ser discriminadas. Esta situación es inadmisible para un estado democrático como el nuestro. Por lo tanto, se puede afirmar que machismo y democracia y libertad, son incompatibles.

Un comentario machista aparentemente inofensivo se convierte en cómplice del patriarcado y propicia el conservadurismo de un modelo social desigual.

Los procesos de socialización siguen perpetuando los roles y prejuicios de género que sostienen la desigualdad. Ser conscientes de la manera en que contribuimos al mantenimiento de la cultura androcéntrica, nos permitirá poner en cuestionamiento el sistema y desmontarlo para transformarlo en un modelo de convivencia igualitario. Un comentario machista aparentemente inofensivo se convierte en cómplice del patriarcado y propicia el conservadurismo de un modelo social desigual.

¿Hemos avanzado en la lucha contra la discriminación? En cierto modo sí, pero hay que reconocer que todos los progresos han sido fruto de la complicidad entre el feminismo y el socialismo. El movimiento feminista ha trasladado las reivindicaciones de su agenda a los poderes públicos y éstos han asumido parte de estas vindicaciones. Los gobiernos socialistas han sido las herramientas democráticas más útiles para el feminismo, transformando la retórica en ley.

El machismo usa formas más sutiles

El machismo más obsceno ya no es tan popular como en otro tiempo, sin embargo, sigue estando de total actualidad utilizando formas más sutiles de expresión. Combatirlo detectándolo y denunciándolo es un gran reto.

La igualdad entre mujeres y hombres y la lucha contra la violencia de género, son el gran reto del presente siglo

Existe un consenso claro de rechazo a la violencia machista manifestado por agentes sociales, políticos e institucionales en el Pacto de Estado contra la Violencia de Género. Nuestro Estado de derecho se está reconstruyendo incorporando la perspectiva de género a toda la legislación española para combatir este tipo de atentado contra la libertad y los derechos fundamentales de las mujeres. Esta acción política es prioritaria para el PSOE.

La igualdad entre mujeres y hombres y la lucha contra la violencia de género son el gran reto del presente siglo. Debemos comprometernos para participar de su éxito, incorporar el feminismo como modelo de convivencia es el camino.

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