Ejercicio físico y sexo: un beneficio extra

Ejercicio físico y sexo: un beneficio extra

El ejercicio físico es una de las recomendaciones más avaladas. De hecho, es saludable en si mismo. ¿Cómo incide el ejercicio físico en nuestra sexualidad? Para empezar: hacer ejercicio mejora la salud de nuestros vasos sanguíneos de tal forma que incide directamente en la erección en el varón y en la lubricación en las mujeres.

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Foto: Getty Images.

El ejercicio físico es una de las recomendaciones más avaladas. Ya sabemos que es beneficioso para un montón de aspectos relacionados con la salud. De hecho, es saludable en sí mismo. Ayuda a mantener un peso saludable, a tener controlada nuestra tensión arterial, reduce el riesgo cardiovascular y mantiene a raya el colesterol.

Y todo esto tiene un efecto directo sobre nuestra salud y nuestra calidad y esperanza de vida. ¿Qué más te puedo contar yo, que tú no sepas o que no te hayan contado ya?

¡Pero no te vayas todavía! Sí, esto va de ejercicio físico y sexo. ¿Cómo incide el ejercicio físico en nuestra sexualidad?

Hay estudios que dicen que para el 74% de hombres y mujeres de entre 40 y 50 años, el sexo es entre moderadamente y extraordinariamente importante en sus vidas. Así que hay una alta probabilidad de que a ti que estás leyendo esto te importe significativamente tener una buena vida sexual. Aunque no lo confesemos fácilmente, queremos vida sexual y la queremos saludable y satisfactoria, ¿verdad?

Te diré que hacer ejercicio mejora la salud de nuestros vasos sanguíneos de tal forma que incide directamente en la erección en el varón y en la lubricación en las mujeres. Esta mejora de los tejidos facilita la consecución del orgasmo, por lo que nuestras relaciones sexuales son significativamente más satisfactorias si realizamos ejercicio físico con regularidad. Además, hay varios estudios que relacionan, positivamente el ejercicio físico con la excitación y el deseo. De manera que realizar ejercicio físico antes de tener relaciones sexuales es una magnífica recomendación.

Además de esto, el sexo y el ejercicio físico tienen otro punto en común. Ambas actividades liberan en nuestro cuerpo sustancias como la oxitocina y endorfinas. Sustancias que nos hacen sentir bien. Nos aportan un gran bienestar, aumentando nuestra autoestima. Y a su vez, cerramos el círculo, porque no hay nada que mejore más el deseo sexual que una buena autoestima y el refuerzo positivo de sentirse bien con uno mismo. Y no te quiero ni contar lo bien que sienta todo esto a la relación de pareja.

Es verdad que cuesta mucho empezar a hacer ejercicio físico. Puede que nunca encuentres el momento, y siempre creas que hay algo más importante que hacer antes que ponerse las zapatillas y ponerse a correr. Esto es otro punto en común con el sexo. El sexo no es algo que necesites. Puedes vivir sin sexo, ¡claro! (Estarás pensando: igual que no necesito correr o nadar o ir en bici). Pero tanto en el sexo como en el ejercicio físico es necesario ponerle ganas porque cuanto menos lo usamos, menos lo necesitamos. Cuanto menos sexo tenemos, menos sexo requerimos. El cuerpo se acostumbra a no tener sexo igual que a no hacer ejercicio.

Pero, ¿y si un día dices basta? ¡Basta de esta inapetencia, basta de no poner cosas buenas en mi vida, basta, basta! Quiero endorfinas a raudales por mis venas, quiero sentirme bien, volver a sentirme como un jovenzuelo enamorado/a, quiero mi autoestima hasta el infinito y más allá. Quiero renovar mi vida, mi sexualidad, darle un empujón a mi relación de pareja...

Bien señoras y señoras, pues pueden empezar por hacer ejercicio físico y deleitarse con los efectos que esto produce en sus cuerpos, en sus erecciones, lubricaciones y orgasmos, y cómo no, en sus relaciones de pareja, claro.

Ya tienen otro motivo más por el que calzarse unas zapatillas. Al fin y al cabo, el sexo siempre es un motivo. ¿Por qué no?

Este artículo ha sido publicado con anterioridad en el blog de la autora sobre sexualidad femenina.

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