Las 10 cosas que no sabías sobre la higiene femenina

Las 10 cosas que no sabías sobre la higiene femenina

Las duchas vaginales quitan toda la lubricación y protección natural, y producen mucha sequedad. Esa sequedad en la vagina más bien produce malestar. Lo que hay de manera natural en la vagina déjalo ahí.

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Foto: ISTOCK

1. ¿Con qué debo lavarme?

Gel, jabón, toallitas, etc. Hay un sinfín de productos donde elegir. Pero, ¿cuáles son los productos más adecuados?

En primer lugar, hay que empezar por decir que es muy difícil eliminar el flujo, el olor, la humedad en la zona genital, porque los genitales cumplen una función excretora. Es decir, dejan salir flujo, secreciones, la menstruación, etc., al exterior del cuerpo. Cosa que es totalmente necesaria. Así que la naturaleza ha puesto ahí toda esa cantidad de flujos y olores. Asúmelo. Intentar eliminarlos del todo es inútil y perjudicial.

Dicho esto, lavar hay lavarse, y para ello, lo ideal es usar un gel para la zona íntima con un pH adecuado que no irrite ni reseque la zona. O bien un gel de ducha neutro que nos sirva para todo el cuerpo, y también los genitales. Hay muchos productos en el mercado donde elegir.

No debemos usar ningún producto que sea agresivo, como jabones o desodorantes íntimos, y pretender eliminar el flujo o el olor totalmente. Como te digo, ni se puede, ni se debe.

Una pregunta frecuente: ¿el jabón casero es bueno? En mi opinión, no. No es que sea malo, pero el jabón casero reseca mucho. Pero si a ti te va bien, sobre gustos, colores.

Tampoco se suelen recomendar las toallitas húmedas, porque en general resecan e irritan demasiado.

2. ¿Cuántas veces debo lavarme?

Este es otro punto importante. La higiene íntima femenina no debe ser excesiva. El exceso de higiene y gel en los genitales va a producir primero, sequedad, y segundo, que eliminemos toda la protección que de manera natural tiene la zona. Aunque no nos lo parezca, el flujo, la lubricación, etc..., están ahí para algo. Lavarse en exceso solo puede llevarnos a que la zona genital quede desprovista de su protección natural y favorezcamos las infecciones.

La higiene genital femenina debe ser una vez al día. La ducha diaria proporciona a la zona una higiene adecuada. Por otro lado, si estás en algún proceso de infección o en los días de la menstruación y sientes la necesidad de lavarte con más frecuencia, hazlo solo con agua. Sin usar ningún producto. Eso suele ser suficiente.

3. De delante hacia atrás

Cuando limpiamos los genitales, ya sea con papel higiénico o con agua, debemos limpiar la zona siempre en la misma dirección: de la parte anterior a la posterior. Es decir, de la parte más limpia (uretra y vagina) a la parte más sucia (que es el ano). Si lo hacemos al revés, podemos facilitar las infecciones por el hecho de llevar restos de heces hacia la vagina o la uretra.

Esto es importante en todas las edades. Desde los bebés, las niñas, adultos o mujeres mayores. Así que cada vez que vayas al baño o durante la ducha, debes lavarte de delante hacía atrás. Enseña a tus hijas a hacerlo así. De este modo, les estás enseñando un buen hábito de higiene para toda la vida.

5. Las duchas vaginales

Las duchas vaginales son la aplicación de agua o productos específicos de limpieza para el interior de la vagina. Como te he comentado antes, la vagina es una parte del cuerpo húmeda, que siempre va a tener restos de flujo y secreciones. Y es bueno que los tenga.

Las duchas vaginales quitan toda esa lubricación y protección natural, y producen mucha sequedad. Esa sequedad en la vagina más bien produce malestar. Además, igual que te he dicho antes, eliminan los microorganismos que deben estar en la vagina para evitar infecciones. Así que no se recomiendan las duchas vaginales. Lo que hay de manera natural en la vagina déjalo ahí.

Usa las duchas vaginales sólo si forma parte de un tratamiento prescrito por algún/a médico para algún caso concreto de infección vaginal.

6. Uso de esponjas de ducha

No se recomienda el uso de esponjas para lavar los genitales, porque pueden ser una fuente de gérmenes. Usa las manos limpias para lavar bien en la vulva y entre los labios y el clítoris.

7. Durante la menstruación

Tanto si usas tampones, compresas o copa menstrual, cámbiate de manera regular, sin dejar pasar más de 4-6 horas. En caso de usar tampones, es importante usar un tamaño de tampón adecuado a la cantidad de menstruación. Un tampón más absorbente de lo necesario produce demasiada sequedad vaginal.

Durante la menstruación no es necesario lavarse más a menudo. Una vez al día es suficiente. Pero si aun así sientes la necesidad de hacerlo, hazlo solo con agua. No uses gel todas las veces.

8. Depilación o rasurado de la zona genital

La depilación genital está de moda. Sí, sí,... está de moda. Las mujeres se quitan el vello genital por comodidad o estética. Puede gustarnos más o puede gustarnos menos, pero lo cierto es que quitar el vello de la zona genital también es quitar una protección propia de la zona. Si eres propensa a las infecciones y a la sequedad vulvar y te depilas completamente la zona, prueba a dejar algo más de vello en los genitales, de manera que la piel de la vulva recupere una protección natural.

Si tu opción es la depilación completa de los genitales, ten cuidado con usar productos agresivos o cuchillas que puedan dar pequeños cortes. No hace falta decir que la zona merece el máximo cuidado.

9. Ropa interior

Hoy en día podemos encontrar mucha ropa interior variada en cuanto a materiales, colores, formas y tamaños. Usa aquella ropa interior pensando en tu comodidad, y no en la estética. Claro está que estoy hablando de tu vida diaria. Si necesitas ropa interior para una ocasión especial..., es otro tema.

Usa ropa interior de algodón a ser posible. Si tienes problemas de picores y molestias vulvares, prueba a cambiar de ropa interior. Quizá la que estés usando no sea de algodón, o de un algodón de mala calidad, o con unos tintes demasiado agresivos para tu piel.

10. Después de las relaciones sexuales

Después de tener relaciones sexuales, no hace falta hacer ninguna ducha vaginal, pero sí puedes lavarte con agua o un gel íntimo. Así eliminaremos el exceso de fluidos, y/o de productos como los lubricantes que pueden contener, por ejemplo, los preservativos. Recuerda que lavarse después de tener relaciones no evita las Enfermedades de Transmisión Sexual.

Si te interesa, puedes ver este vídeo sobre las relaciones sexuales durante la menstruación.

Toda esta información y mucha más ha sido publicada previamente en la mi web.