La definición de la palabra Holocausto dice así: "Gran matanza de personas, especialmente la que tiene como fin exterminar un grupo social por motivos de raza, religión o política."
El profesor Paul Preston, en su libro El holocausto español, odio y exterminio en la Guerra Civil y después (DEBATE, 2011) concluye que la dimensión de la Guerra Civil española equivale a la de un Holocausto. Preston afirma que al menos 500.000 personas murieron como consecuencia de la Guerra Civil española.
Unos 300.000 hombres perdieron la vida en el frente de batalla y 200.000 hombres y mujeres fueron ejecutados tras precarios procesos judiciales. Un número desconocido, incluyendo a niños, murieron en los bombardeos que los militares sublevados ejecutaron con la ayuda de Hitler y Mussolini. Otro miles fallecieron en los campos de refugiados franceses donde se hacinaban en condiciones infrahumanas, otros sucumbieron en las cárceles o en los batallones de trabajo forzado. Miles murieron en los campos de concentración nazi, 500.000 personas se vieron obligadas a ir al exilio.
Los militares sublevados Mola, Franco, Yagüe, Queipo de Llano, ordenaron la ejecución de los españoles simpatizantes del Gobierno republicano. Cualquier funcionario público, concejal o alcalde, elegido para su cargo, era susceptible de ser asesinado. Los militares que se negaron a unirse al complot también fueron fusilados por sus compañeros de armas.
La "cruzada" fue un movimiento que contó con el apoyo de parte de la Iglesia católica, la aristocracia, los industriales y los terratenientes. Justificaron la matanza de "rojos" para "salvar" a España del comunismo. La represión por parte de los llamados "nacionales" fue fríamente calculada en tiempos de paz, según el ejemplo del político Gil Robles que, en su campaña electoral, proclamaba que España necesitaba, para salvarse, una sangría de vidas.
Una investigación efectuada por el historiador Santos Juliá en 24 provincias de las 52 que existen en España ha revelado que el número de muertes ocasionadas en la zona dominada por los "nacionales" triplicaba las cometidas en la zona republicana.
Campesinos, obreros, artesanos, técnicos, soldados, intelectuales, artistas pertenecientes a los partidos y sindicatos del Frente Popular lucharon durante tres años, defendieron a un Gobierno democrático y legítimo regido por una Constitución que impulsaría a España al nivel de los países más desarrollados.
La Constitución de la República española consagró importantes logros como el Estado laico, el derecho al voto de las mujeres, la libertad de expresión y de asociación. Se respetaba la propiedad particular, aunque el Estado se reservaba el derecho a expropiar a cambio de una adecuada remuneración. El Estado asumía ser el garante de la riqueza histórica y artística. Los recursos naturales y los servicios públicos serían nacionalizados.
Al cumplirse otro aniversario del inicio de la Guerra Civil española, el 18 de julio, celebramos que la ciudad de Pamplona rememore la masacre y mantenga viva la memoria. Los hijos y nietos de las víctimas no hemos conseguido condena para los asesinos. Al menos es una satisfacción que se reconozca nuestro dolor y la magnitud de la atrocidad cometida.