'Bankxit': la banca española saliendo de Europa

'Bankxit': la banca española saliendo de Europa

El Gobierno de España ataca el brexit mientras protege el bankxit -la salida de sus bancos del sistema de derecho europeo. Contra el brexit, un gobierno en funciones que hace gala de europeismo y trata de vender Madrid como el paraíso para la banca de inversión estadounidense. A favor del bankxit el Tribunal Supremo, el propio Banco de España, la banca española, el Gobierno y una gran parte de la judicatura, atrincherados todos en posiciones contrarias al derecho europeo.

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El Gobierno de España ataca el brexit mientras protege el bankxit -la salida de sus bancos del sistema de derecho europeo.

Contra el brexit, un gobierno en funciones que hace gala de europeismo y trata de vender Madrid como el paraíso para la banca de inversión estadounidense que necesita pasaporte Europeo -si el brexit se llega a ejecutar.

A favor del bankxit, el Tribunal Supremo, el propio Banco de España, la banca española, un gobierno que callando otorga y una gran parte de la judicatura, atrincherados todos en posiciones contrarias al Derecho Europeo.

Pero ¿qué importa el bankxit a una ciudadanía cansada, que a duras penas acude a las urnas?

Nos importa y mucho. De hecho, de la resolución del bankxit depende que 7.600 millones de euros en intereses indebidos sean devueltos a millones de ciudadanas y ciudadanos víctimas de las infames cláusulas suelo, abusivas por definición y absolutamente contrarias al derecho europeo.

Por cierto, no vayan a Google aún a buscar bankxit. Y digo aún porque todavía no es tendencia. Se trata de un término recien acuñado por mi socio, el abogado Raul Del Canto para denominar la salida de Europa de la banca española.

El bankxit describe la oposición frontal de la banca española al sistema de derecho europeo y en concreto a la aceptación de la nulidad de las cláusulas suelo más allá del año 2013, justificados por la endeble sentencia del Tribunal Supremo del mismo año que, declarando su nulidad, consagró su irretroactividad.

La sufrida ciudadanía europea que firmó hipotecas antes del 2013 con una banca española que tanto se benefició de los rescates europeos, que tantos beneficios dió en los últimos años y que tan mal trató a quienes no pudimos hacer frente a nuestros prestamos hipotecarios, se debería preguntar ahora:

¿Nos reembolsarán los bancos los 7.600 millones de Euros en intereses indebidos, pero religiosamente pagados, desde el comienzo de la aplicación ilegal de las cláusulas suelo, o nos tendremos que conformar sólo con lo que nos deben desde el 2013?

La respuesta la tendremos el próximo 12 de julio. Ese día, el abogado general del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) presentará sus conclusiones sobre la aplicación retroactiva de la nulidad de las cláusulas suelo que, esperemos, confirme el primer párrafo del artículo 6 de la directiva 93/13/CEE en consonancia con el Informe de la Comisión Europea en el Asunto Prejudicial C- 145/15, cuyo resumen dice:

"De conformidad con los artículos 6.1 y 7.1 de la Directiva 93/13/CEE y la interpretación que de los mismos ha hecho el Tribunal de Justicia, no es posible que los tribunales nacionales puedan moderar la devolución de las cantidades que ha pagado el consumidor -y a la que está obligado el profesional- en aplicación de una cláusula declarada nula desde el origen por defecto de información y/o transparencia."

Así pues, el 12 de julio será el verdadero test para una justicia europea, puesta a prueba por el Brexit y presionada ahora por el Banco de España, que textualmente defiende que la aplicación retroactiva de la sentencia [del Tribunal Supremo de mayo de 2013] podría minar "... la capacidad del sistema bancario español de contribuir a la recuperación económica y al bienestar de los ciudadanos, con negativas consecuencias desde el punto de vista de la estabilidad financiera y del crecimiento de la economía en España."

Esperemos que se haga justicia, con independencia del brexit, pero sobre todo esperemos que cuando se haga, la banca española, el Banco de España, el Tribunal Supremo, la judicatura y el Gobierno en funciones rompan de una vez por todas una lanza por un europeismo real que ponga fin al bankxit.

Este artículo fue publicado en el blog del autor en Del Canto Chambers