El hashtag #JesuisBruxelles y la era del espectáculo

El hashtag #JesuisBruxelles y la era del espectáculo

El hashtag #jesuisBruxelles no es adecuado, ni siquiera suficiente, y mucho menos apropiado para articular el horror que sentimos al ver cómo un acto terrorista termina de golpe con la vida, los derechos y las libertades de otros seres humanos.

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Foto: EFE

El hashtag #jesuisBruxelles no es adecuado, ni siquiera suficiente, y mucho menos apropiado para articular el horror que sentimos al ver cómo un acto terrorista termina de golpe con la vida, los derechos y las libertades de otros seres humanos.

Difícilmente la perdida, aunque sea de una sola vida, arrebatada con tal brutalidad, puede expresarse con palabra alguna de forma inmediata. No, el hashtag #jesuisBruxelles no es adecuado ni suficiente como respuesta a la violencia.

Pensemos por un momento. ¿Realmente entendemos lo que implica decir #jesuisBruxelles ?

No, amiga y amigo. Frente al horror, la mayoría de seres pensantes necesitamos tiempo, silencio, paciencia y reflexión antes de poder decir #yosoy #jesuis. Necesitamos recomponernos frente a la barbarie. La respuesta rápida coloca a la mayoría de la población en eso, una mera respuesta. A una minoría le hace ponerse en los zapatos del otro o la otra. Pero sobran los dedos de una mano para contar quiénes son capaces de andar realmente con esos zapatos, de sentir yo soy el otro o la otra, de decir #jesuis

Por eso, muchas y muchos recurrimos al silencio. El silencio es siempre un lenguaje posible e inmediato frente a lo que nos deja fuera de sí. Un lenguaje que nos permite, tras el tiempo de reflexión necesaria, elaborar respuestas coherentes a través del arte, la poesía, la música, el dialogo o la acción política.

Decir #jesuisBruxelles no es adecuado ni suficiente, a menos que entendamos realmente quiénes somos y qué ha ocurrido en Bruselas.

No, el hashtag #jesuis no es una respuesta adecuada ni suficiente.

Pero estamos en la era del espectáculo, del voyeurismo, de lo que se mira, si atendemos a su etimología. Nos asomamos a mirar y nos mostramos, pero pocas veces entendemos quiénes somos o qué ocurre en realidad a nuestro alrededor. Una era que define mi querido Jesus Armesto en El arte aleatorio como la era de la creación de un entorno espectacular que obnubila la capacidad individual de empoderamiento.

En esta era todo es espectacular, hasta la muerte de nuestros semejantes. Ya no importan los silencios, ni tenemos tiempo para pensar y mucho menos para meditar. Pedir a Dios, al universo o a lo mas profundo de nuestra conciencia una respuesta a lo que no entendemos pertenece a la era pre-2.0, ya no es una opción. De esta forma, la mayoría de nosotros y nosotras no nos damos el tiempo necesario para entender lo que realmente sentimos. Como consecuencia seguimos desarrollando la capacidad de mirar hacia fuera sin conocer nuestras interioridades para poder decir #jesuis.

Así, frente al terrorismo y la barbarie que nos afecta a todas y todos alrededor del mundo por igual, decir #jesuisBruxelles no es adecuado ni suficiente, a menos que entendamos realmente quiénes somos y qué ha ocurrido en Bruselas.

Decir #jesuisBruxelles es rechazar un acto concreto, poco más que un brindis al sol, si no entendemos que la violencia que lo provoca es muy cotidiana, demasiado cotidiana y familiar. Esta violencia se expresa cada día a nuestro alrededor, afectando a otras y otros semejantes.

Por ello, si considerado lo anterior optamos por decir #JesuisBruxelles, creo que el mundo a nuestro alrededor agradecería vernos decir, cada vez que la violencia golpea:

#jesuisIstambul

#JesuisKarachi

#JesuisGaza

#jesuismujerasesinada

y ...

Este artículo fue publicado originalmente en el blog del autor