Delfines y orcas superan el punto evolutivo de no retorno para volver a vivir en tierra firme
Los mamíferos marinos desvelan los caminos irreversibles de su evolución.

Los delfines y las orcas, descendientes de antiguos mamíferos terrestres, han llegado a un punto evolutivo sin retorno que los imposibilita para regresar a la vida en tierra firme. Según un estudio publicado en 2023 en la revista Proceedings of the Royal Society B, estas especies han desarrollado adaptaciones tan especializadas al medio marino que su evolución hacia una vida terrestre ya no es viable.
La historia evolutiva de los vertebrados está llena de transiciones entre la tierra y el agua. Hace unos 375 millones de años, los primeros peces dejaron los océanos para colonizar la tierra, dando lugar a los tétrápodos, ancestros de los vertebrados terrestres actuales. Sin embargo, la evolución también dio giros inesperados: hace 250 millones de años, algunos mamíferos regresaron al agua adaptándose a un entorno completamente diferente.
Especies como las ballenas, delfines y orcas desarrollaron una serie de cambios drásticos: un mayor tamaño corporal para conservar el calor, una dieta carnívora adaptada a un metabolismo elevado y modificaciones anatómicas que mejoraron su capacidad para nadar y bucear. Este conjunto de adaptaciones, aunque efectivo para la vida marina, ha sellado su destino en el agua.
Bruna Farina, doctora en la Universidad de Friburgo, lideró un estudio que analizó más de 5.600 especies de mamíferos, clasificándolas según su dependencia del medio acuático. Los resultados hablan por sí solos: existe un punto crítico entre mamíferos semiacuáticos y los totalmente acuáticos. Una vez que una especie cruza este umbral, las adaptaciones a la vida marina se vuelven irreversibles.
Este fenómeno está relacionado con la Ley de Dollo, que postula que la evolución no suele retroceder. En el caso de los cetáceos, sus adaptaciones anatómicas y fisiológicas han eliminado cualquier posibilidad de sobrevivir fuera del agua.
La dependencia total de los delfines y orcas al medio acuático los hace especialmente vulnerables a los cambios en sus ecosistemas. El calentamiento global y la contaminación de los océanos podrían poner en peligro a estas especies, cuya capacidad de adaptación es limitada debido a su especialización evolutiva.
Virag Sharma, investigador en genómica comparada de la Universidad de Limerick, sugiere que futuras investigaciones podrían explorar si otras líneas de tétrápodos muestran patrones similares de irreversibilidad evolutiva.