Comerse el helado de este supermercado le cuesta 3.000 euros en el dentista y la empresa le quiere dar 50 euros como "gesto de buena voluntad"
"Sentí un dolor infernal en el diente y pensé: '¿ahora qué?"
El periódico finlandés Helsingin Sanomat ha compartido al historia de Mika Jantunen, un hombre de Helsinki que ha narrado cómo después de comerse un helado que, según él, tenía trozos de metal, tuvo que pasar por el dentista.
Una serie de inconvenientes motivaron que, aunque contactó con el supermercado que le había vendido el helado, no pudo demostrar qué le había provocado el daño. La tienda, finalmente, como "gesto de buena voluntad", le ofreció una tarjeta de regalo por valor de 50 euros en el establecimiento.
El rotativo finés ha precisado que Jantunen ha precisado que, tras adquirir su helado, lo dejó en el congelador y tiempo después se lo tomó. Cuando lo hizo, confundió el trozo de metal con uno de chocolate. "Sentí un dolor infernal en el diente y pensé: '¿ahora qué?", ha narrado.
Este se vio en la obligación de acudir a un dentista, quien, tal y como recoge Helsingin Sanomat, le explicó que habría que extraerle el diente y colocarle un implante. El más barato, según el medio finlandés, podría costarle alrededor de 900 euros.
Entretanto, el usuario contactó con el establecimiento que se lo había vendido, desde donde solicitaron a Jantunen que les hiciera llegar una imagen del metal y, de acuerdo al ya citado medio, de una reclamación de indemnización. Así lo hizo.
Sin embargo, meses después no recibió respuesta y perdió el metal que supuestamente le había ocasionado el daño, que finalmente le costó 3.000 euros reparar. Cuando el establecimiento volvió a contactar con él medio año después, llegaron a un acuerdo, a pesar de no poder demostrar sin el elemento que este era el que le había causado el problema. Este consistió en una tarjeta regalo de 50 euros en el local como "gesto de buena voluntad".