Las autoridades van al supermercado y lanzan alerta tras destapar el plan oculto para reintroducir el aceite de palma
Es uno de los productos más perjudiciales que hay en el mercado.

Podría definirse como el enemigo número uno de las autoridades sanitarias y alimentarias. El aceite de palma es considerado un peligro para la salud de las personas, aunque no únicamente, ya que para conseguirlo se pone en riesgo a especies animales y ciertos ecosistemas. Pero, además de esto, por qué es un problema para nuestra salud.
Lo es por los ingredientes que lo componen, especialmente sus grasas y el refinado del aceite, cuyo proceso conlleva el desarrollo de contaminantes tóxicos y cancerígenos. Esto ha provocado que numerosas instituciones y organismos de salid pública como puede ser la OMS, la FAO o la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) instaran con urgencia a todas las empresas dedicadas a la producción de alimentos como galletas, helados, snacks, croissants, salsas preparadas, etc., a reducir drásticamente su uso.
Y así lo hicieron la mayoría de las empresas hace unos ocho años. Su utilización se redujo en gran medida gracias al gran impacto mediático impulsado por asociaciones ecologistas y de consumidores, que implicó también una mayor concienciación social acerca de lo perjudicial que es su consumo para nuestro organismo.
Para suplirlo, la mayoría de las compañías comenzaron a utilizar aceite de girasol en su lugar que, sin ser el mejor aceite del mundo, sí que lo es respecto al de palma. Así, durante años, el aceite de girasol se hizo omnipresentes en gran cantidad de productos que previamente eran inundados de aceite de palma. Pero todo cambió en 2022.
Y el detonante fue la guerra de Ucrania. La explicación es sencilla: Ucrania es el mayor productor de aceite de girasol de mundo, con un 60% de la producción mundial y un 75% de la exportación mundial de este aceite. Como consecuencia del conflicto armado en territorio ucraniano, el precio de la materia prima se incrementó en un 66%, motivo por el cual, las empresas regresaron al aceite de palma como alternativa. Más perjudicial pero mucho más barata.
Así, paulatinamente el aceite de palma fue de nuevo repoblando los estantes de los supermercados, y comenzaron a reaparecer y emerger como la espuma en casi todos los productos. Y nuevamente, las industrias alimentarias y los organismos sanitarios comienzan a preocuparse por este asunto, ya que compromete la seguridad y la salud de millones de personas, y es que su proceso de refinación puede ser hasta diez veces más perjudicial que el de otro tipo de aceite.
Y por último, pero no por ello menos importante, la producción del aceite de palma, como hemos mencionado antes, es especialmente perjudicial para las poblaciones de algunos animales como los orangutanes, que en la isla de Sumatra han visto reducida su comunidad más del 90%. Además de esto, también es la causante de la gran deforestación en países como Malasia o Indonesia.
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