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Medio millón de entradas más de un año antes: cómo entender el fenómeno Bad Bunny

Medio millón de entradas más de un año antes: cómo entender el fenómeno Bad Bunny

El puertorriqueño ha llenado 12 estadios solo en España, batiendo todos los récords hasta el momento.

Bad Bunny en su actuación en los iHeartRadio Music Awards.Kevin Mazur/Getty Images for iHe

“¿Has conseguido entrada?” era uno de los mensajes más repetidos en los grupos de WhatsApp la semana pasada. La respuesta, como si de una batalla épica dividida entre triunfadores y vencidos se tratara. El centro de toda esta atención no era otro que Bad Bunny, que ha batido todos los récords con 600.000 entradas vendidas para sus diez conciertos en Madrid — el 30 y 31 de mayo, y el 2, 3, 6, 7, 10, 11, 14 y 15 de junio de 2026— y dos en Barcelona —22 y 23 de mayo del próximo año— como parte de su gira DeBÍ TiRAR MáS FOToS World Tour.

El puertorriqueño ha batido todos los récords de venta de entradas en España superando a otros grandes nombres que han llenado estadios como Karol G con 240.000 entradas en el Santiago Bernabéu de Madrid, Coldplay con 225.000 personas en el Estadi Olímpic de Barcelona o Taylor Swift con su parada de The Eras Tour, también en el Bernabéu, que aunó a 130.000 personas.

A pesar de la amplia oferta y de la lejanía del evento a más de un año vista, no todo el mundo tuvo suerte. Y hubo quien, incluso teniendo un equipo desplegado para ello, no logró entradas. Es el caso de Julia, de 33 años, con cinco amigas coordinadas para conseguir entrada para algunas de las diez fechas que fue prorrogando el artista.

“Mis cuatro amigas y yo estuvimos intentando conseguir entradas para todas las fechas y fue imposible. Teníamos varios ordenadores y nos íbamos turnando los días pero cuando entrábamos las colas eran, casi siempre, mayores que la capacidad del estadio, en algunos casos con más de 200.000 personas delante”, explica y recuerda que, en caso de poder entrar, algo que ocurrió en cuatro de las 10 fechas, “ya no había entradas”. “Fue bastante frustrante”, recuerda.

En el extremo opuesto se encuentra Laura, de 29 años, que sí que logró entradas para el 7 de junio, no sin sufrir en el intento. “Éramos cinco amigas y, al final, aunque todas vamos el día 7, tres vamos a pista y dos a grada, conseguirlas juntas fue imposible”, recuerda. “Estuvimos todas las preventas anteriores y tuvimos que esperar a la tercera ampliación de fechas para conseguir, fue todo un show: unas conectadas con su móvil y el ordenador del trabajo, otra en casa con su tablet...”, recuerda. “El algoritmo era una locura y nos ponía aleatoriamente en la cola, sin importar el tiempo que esperases en la sala de espera ni nada”, explica.

El fenómeno Bad Bunny a nivel global, la estrella máxima del género de moda

Pero lo de Bad Bunny, a pesar de las astronómicas cifras que mueve. Se ha sentado tres años consecutivos en el trono de Spotify (2020, 2021 y 2022) como el cantante más escuchado a nivel mundial y su música ha superado 98 mil millones de reproducciones en la plataforma. En 2023 y 2024 se mantuvo entre los tres más escuchados a nivel mundial y este mes de enero apenas unos días después de publicar su último disco, ya batió todos los récords.

“El 11 de enero, su tema DtMF se convirtió en la canción más escuchada de la lista global de Spotify. De hecho, más de la mitad del top 10 de las canciones de la lista global de Spotify Daily Top Songs pertenecen a su nuevo álbum”, indicó la compañía en un comunicado.

En noviembre de 2024, Bad Bunny se convirtió en el primer artista en superar los 18.000 millones de reproducciones en Spotify, gracias al éxito de su álbum Un Verano Sin Ti.

Las impresionantes cifras de Benito no dejan de ser un reflejo del impacto de la música urbana latina: entre 2014 y 2023, la audiencia global de música latina en Spotify aumentó un 986%. Precisamente en 2023, una de cada cinco canciones del top 100 global de la plataforma eran latinas, una proporción mayor se daba en YouTube, donde el 27% de las canciones en el Top 100 global semanal de la plataforma pertenecían a este género.

Más allá del público español, el pasado 2024 la música latina ocupó nada menos que el quinto lugar entre los géneros más escuchados en EEUU, con una tasa de 7,5%, según Billboard, por encima de géneros como la electrónica o el jazz.

Para Manuel López, experto en derecho musical y CEO de Sympathy for the lawyer, el fenómeno del “conejo malo” en España se ha forjado tanto por la evolución musical que ha tenido desde 2019, con cinco discos publicados desde entonces, y la espera para el regreso de estos seis años a España.

“Se ha creado esa expectación unido un buen proceso de comunicación y de estrategia. Todo el mundo se había quedado con la miel en los labios cuando anunció la residencia en Puerto Rico y no se sabía si iba a haber gira mundial. Entonces, cuando llega el anuncio de que sí, que se confirma que va a venir a Europa y a España, eso potencia mucho la noticia y la expectación y el interés”, explica el especialista.

Para López “es uno de los artistas latinos más grandes y exitosos en uno de sus principales mercados, que es España”. “A diferencia de otros artistas latinos también de muchísimo éxito, que podemos ver en los charts de consumo de España, pero que sí que están viniendo a festivales o están haciendo giras, digamos que se han prodigado más, él no. Al final pierden cierto valor por ser menos escasos, se tienen con más frecuencia, y están haciendo recitos más pequeños o a lo mejor no tienen ese tirón”, señala.

"A diferencia de otros artistas latinos también de muchísimo éxito, que podemos ver en los charts de consumo de España, pero que sí que están viniendo a festivales o están haciendo giras, digamos que se han prodigado más, él no"
Manuel López, experto en derecho musical y CEO de Sympathy for the lawyer

“Bad Bunny es ahora mismo lo que en los 80 era una gran estrella del rock”, asegura a El HuffPost el periodista musical Pablo Ruiz, quien cree que el cantante es ahora mismo el máximo exponente del “género mayoritario”. “Es algo interseccional, el reguetón o la música urbana no entiende de clases ni de género, algo que en otros estilos como el rock o el pop ha lastrado a públicos concretos”, explica.

“Lo vemos en Bad Bunny y lo hemos visto también el año pasado con Karol G, aunque en menor medida”, señala Ruiz. “No es que hayan muerto otros géneros como se dice muchas veces con el rock o el punk, que están muy vivos en otros ámbitos y hay muchos grupos jóvenes, pero sí que es el género mayoritario”, explica y recuerda que en los 2000 Eminem o Beyoncé lideraban las listas que hoy encabeza Bad Bunny.

López recuerda que las críticas basadas en la excelencia vocal o interpretativa no tienen sentido ya que “es un debate que se tenía ya hace 60 años y se superó”. “La música popular no es una cuestión de virtuosismo o de calidad técnica, sino de transmitir. Porque si no, realmente en la época había cantantes mucho mejores que Elvis o que luego o cualquier artista rock siempre hubiera estado superado por músicos de conservatorio, músicos de ópera, cantantes de ópera, etc. Es un debate absurdo porque lo importante ahí es transmitir”, recuerda López, quien enfatiza que la gente joven suele apostar por géneros que rompan los moldes.

"Es algo interseccional, el reguetón o la música urbana no entiende de clases ni de género, algo que en otros estilos como el rock o el pop ha lastrado a públicos concretos"
Pablo Ruiz, periodista musical

No obstante, las modas y las tendencias a nivel musical van mucho más allá de las lógicas y el algoritmo. Tal y como explica el crítico e historiador musical Ted Gioia en su blog Honest Broker, las tendencias culturales van muy relacionadas con lo que califica como “deseo mimético” e impulsadas por la emoción y no por la lógica.

Sin embargo, tal y como apunta Gioia, la evolución de las tendencias colectivas llegan a un punto de saturación en el que se genera rechazo hacia la misma y se opta por algo completamente opuesto.

“Las grandes tendencias no terminan porque llegan a una conclusión lógica, ni pierden fuerza ni impulso. Llegan a su clímax absurdo porque quienes las marcan van demasiado lejos y adoptan extremos descabellados. Esto es lo que impulsa la reversión”, indica.

Un giro en su sonido y letras con compromiso político

En el caso de Benito, con su último álbum DeBÍ TiRAR MáS FOToS, ha dado un giro a nivel musical dejando en buena parte de los temas las bases y estructuras del reguetón clásico y también (aunque siga habiendo temas como EoO o Voy a llevarte pa PR), optando por géneros de música caribeña, salsa, cumbia y samples de canciones clásicas de Puerto Rico como Un verano en Nueva York en NUEVAYoL de El gran combo dominicano o de CAFé CON RON con la plena de Los pleneros de la costa.

“Hay una tendencia global de regreso al folclore y la búsqueda de las raíces. Han pasado los años del dominio del pop/rock puramente anglosajón y ahora está dominando la música de raíz, en el caso de Latinoamérica o España en español o se ve en menor medida en lenguas cooficiales”, explica.

El vínculo con España y el especial éxito del género urbano reside para López en esta cuestión: “La música latina ahora está mucho más cerca de las raíces, y eso creo que al final conecta con mucha más gente, porque está más vinculado a la verdadera cultura que podemos tener en España”.

“Tenemos más en común con la música callejera con lo que puede escucharse en barrios de Puerto Rico, Cuba o Colombia, que con lo que puede sonar en una fiesta familiar en el norte de Inglaterra, en Estados Unidos o en Alemania, que puedan estar cercanos a sonidos más pop y tal”, señala.

Además, el mensaje identitario que lanza en el último disco con letras como LO QUE LE PASÓ A HAWAii se ha trasladado a todo el mundo en manifestaciones por la vivienda y contra la gentrificación.

López recuerda que, aunque hay géneros como el rock que se han vuelto “canónicos” no han tenido tanto calado a nivel mainstream en España, especialmente porque es una música eminentemente extranjera.

  Bad Bunny en 'The Tonight Show de Jimmy Fallon'.NBC

El FOMO y la necesidad de “estar ahí”

Vender 600.000 entradas a más de un año vista es un fenómeno no solo condicionado por la música, sino también por lo que se conoce como FOMO (Fear of missing out), la ansiedad de perderse algo o no estar tanto a nivel psicológico como de marketing.

Desde la óptica del marketing, según recoge en una nota de prensa José Luis Elejabeitia, profesor de Publicidad y de Marketing de la Universidad Europea de Canarias, las plataformas y promotoras cruzan CRM con IA para lanzar preventas hipersegmentadas, liberar cupos en fases y maximizar el FOMO mediante mensajes de escasez (“últimas entradas”, “exclusiva para fans”), algo sumado al algoritmo de Spotify, TikTok o Apple Music.

La psicóloga María Esclapez analizó en un vídeo este fenómeno generado por el cantante en el que destacó que la importancia reside en “ser parte del fenómeno” y de la “comunidad”. “Ya no es el qué, sino lo que el movimiento en sí te hace sentir: FOMO brutal”, describió. “Si todo el mundo va al concierto menos tú, sientes que te estás perdiendo el momento del año y eso genera mucha ansiedad”, explicó y recordó que cuanto más escaso sea un bien, más valor tiene.

“Nuestro cerebro le da automáticamente más valor: esto es casi imposible de conseguir, así que lo tengo que conseguir”, detalló y apuntó a una liberación de dopamina tras la sensación de triunfo tras conseguir una entrada.

Para Ruiz, “los conciertos se han convertido en un evento social, más allá del disfrute musical”. “Se trata de estar ahí, de triunfar y de compartirlo, plasmarlo en tus redes sociales o hacerlo público con tus amigos para marcar la diferencia”, señala.

El periodista recuerda que la experiencia de algo “exclusivo” hace que se fomenten las experiencias VIP, estar en un Golden Circle de la misma forma que puedes “hacer un viaje exótico a Tailandia”. “Todo el mundo va a allí y tú tienes que ir para no quedarte fuera y para marcar la diferencia, tú eres del grupo elegido”, explica.

España como destino internacional de conciertos con unos precios cada vez más altos

Esto se suma a que España se ha convertido en un importante caladero de ingresos por conciertos y festivales, convirtiéndose en destino de las principales estrellas internacionales incluso a pesar del cierre del Santiago Bernabéu.

Según el informe Impacto económico en la industria de la música en vivo’ del OBS Business School, los conciertos son un sector en el que España es una potencia mundial, ubicada en el top 15 de los mercados más importantes, con una facturación que supera los 725 millones de euros y más de cinco millones de asistentes a conciertos y festivales en 2024.

López recuerda que España es para los artistas latinos “el gran mercado” más allá de Latinoamérica, donde las giras también son multitudinarias. “Los precios, la facturación y los cachés también son más altos aquí”, explica. “El circuito de festivales se ha transformado mucho en España, hay muchísimo espacio para artistas latinos, artistas mainstream u otros perfiles, es muy interesante porque se pagan cachés muy altos y hay mucha pujanza por parte de los promotores y para los artistas es un mercado muy atractivo”, detalla el especialista.

Además de esto, López apunta a condiciones desde climáticas a logísticas o de infraestructura que ofrece España frente a otros países y que nos alza al nivel de otros como Reino Unido o Estados Unidos: “Tenemos esa parte del clima y oferta cultural que también hace que el público extranjero se plantea bastante fácil el poder venir aquí a ver los shows y el público nacional, porque sí que también hay como un bastante hábito de asistir a conciertos”.

La tendencia de vender las entradas a dos años vista es algo que para él se da desde la pandemia debido a un aumento de la demanda y que las apariciones de los artistas son limitadas. “El streaming ha hecho que pueda llegar a un público mayor y ha diversificado los artistas que se escuchan. Bad Bunny tiene 85 millones de oyentes mensuales, pero si te vas a otro que tenga 5 millones de oyentes, de ellos, en torno a un 15% o 20% puede ser gente que quiera ir a uno o varios shows”, explica.

“Estamos hablando de una demanda o de un número de público muy fuerte que a lo mejor antes no era tan numeroso y hace que también se genere ese fenómeno”, señala.

El aumento de la demanda ha ido de la mano de un incremento de los precios, según datos de la OCU, en 2023 el precio medio de la entrada subió un 38%, una cifra que, según López, no ha sido tan alta como la inflación.

"Ahora es muchísimo más caro que hace cinco años hacer un concierto en un WiZink o en un estadio, por todas las partidas: tanto de materiales, el personal, los cachés de los artistas...”
Manuel López, experto en derecho musical y CEO de Sympathy for the lawyer 

“En general el incremento de precio de entrada no ha sido al mismo ritmo que la inflación, especialmente al incremento que están teniendo los costes en cuanto a la producción de conciertos. Ahora es muchísimo más caro que hace cinco años hacer un concierto en un WiZink o en un estadio, por todas las partidas: tanto de materiales, el personal, los cachés de los artistas...”, explica el CEO de Sympathy For The Lawyer. 

“El precio de entrada ha ido subiendo, sin duda, para poder absorber ese incremento de costes, pero en muchos festivales y giras no es proporcional, por lo que no está suponiendo un aumento de la rentabilidad del beneficio de esas organizadoras, en general”, señala y recuerda que el incremento de los cachés también se ha visto influenciado por sus propios gastos o por un aumento de la demanda ante la escasez.

La tendencia sigue al alza y, en un futuro, los precios de las entradas no tiene visos de bajar especialmente con movimientos como los precios dinámicos ejercidos por grandes ticketeras como Ticketmaster, que ya se han implementado en EEUU y que en España se lleva a cabo en una parte proporcional del aforo de determinados artistas.

Espacio Eco
Un proyecto de Espacio Eco

“Los precios dinámicos suelen aplicarse en artistas que tienen trayectoria internacional, que hacen giras en muchísimos países y podrían estar tocando 30 noches en países de todo el mundo para satisfacer esa demanda”, detalla López. Convertirse en uno de los 600.000 afortunados en una de esas 12 citas con un fenómeno como Bad Bunny tras toda una batalla campal será más que nunca un BAILE INoLVIDABLE. 

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Marina Prats es periodista de Life en El HuffPost, en Madrid. Escribe sobre cultura, música, cine, series, televisión y estilo de vida. También aborda temas sociales relacionados con el colectivo LGTBI y el feminismo. Antes de El HuffPost formó parte de UPHO Festival, un festival urbano de fotografía en el marco del proyecto europeo Urban Layers. Graduada en Periodismo en la Universidad de Málaga, en 2017 estudió el Máster en Periodismo Cultural de la Universidad CEU San Pablo y en 2018 fue Coordinadora de Proyecto en la Bienal de Arte Contemporáneo de Fundación ONCE. También ha colaborado en diversas webs musicales y culturales. Puedes contactarla en marina.prats@huffpost.es