La RAE se niega a incluir una palabra clave para las familias y se montan campañas con famosos incluidos para pedir rectificación
La RAE argumenta que no está extendido su uso.

La Real Academia Española (RAE) incluye la mayoría de palabras y significados del castellano. Sin embargo, no todas las situaciones están reflejadas en este diccionario que cuenta ya con la 24ª edición, a pesar de que cada año se actualizan y se introducen nuevos términos.
Buen ejemplo de ello es la situación de los padres hayan perdido a uno o varios hijos. Mientras que huérfano hace referencia a los hijos que hayan perdido a uno o los dos padres y viudo/a la persona que ha perdido a su cónyuge, no hay una acepción que defina a los padres cuyos hijos han fallecido.
Tal y como recuerda el tiktoker @pildoras_culturales, había un "adjetivo bastante feo que era deshijado y que actualmente también se encuentra en la segunda acepción de la palabra huérfano. "Es la misma palabra para dos significados con muchísimo peso", explica el tiktoker.
De ahí que en 2017 una iniciativa creada por la Federación Española de Padres de Niños con Cáncer (FEPNC) plantease a la RAE incluir el término huérfilo para los progenitores que pierden a sus hijos.
Con este término, según recuerda el tiktoker, los padres que habían perdido a sus hijos aseguraban que "ayudaba a verbalizar y manifestar su situación".
La iniciativa contó con 60.000 firmas en el portal Change.org en solo 15 días. Pero a esto se sumó un gran apoyo de rostros conocidos como Carlos Hipólito, Juan Echanove, Ana Belén, Silvia Jato o Melani Olivares, que quisieron participar en la campaña.
A pesar de esto, siete años después el término se mantiene en el Observatorio de las Palabras de la RAE, por donde pasan las palabras por un estudio antes de ser admitidas en el diccionario.
Entre sus argumentos recuerdan que este significado ya está recogido en la acepción de "huérfano" de la RAE además del adjetivo "deshijado", por lo que consideran "innecesario crear un neologismo que carece de base filológica".
Además, indicaron que su uso no está extendido, por lo que no podría incluirse en el diccionario, ya que las palabras se incluyen tras su uso y no al revés. “La iniciativa está muy bien intencionada, pero una palabra no puede ingresar en el diccionario para que se use; es su uso el que las refrenda. Y podría entrar llegado el momento, como lo han hecho otras novedades léxicas, algunas de ellas extranjerismo o bien creaciones de una persona, como aporofobia o mileurista", asegura en El País la historiadora de la lengua y catedrática en la Universidad de Sevilla, Lola Pons.