Los médicos piden a los padres que abandonen este remedio casero cuando los niños tienen fiebre: "Puede causar convulsiones y temblores"
Un pediatra del Gregorio Marañón de Madrid ha ofrecido ocho consejos para aplicar cuando el pequeño presenta cuadros febriles.

El Hospital Gregorio Marañón ha publicado una serie de recomendaciones para padres sobre cómo gestionar la fiebre en niños y bebés en su canal oficial de YouTube.
El Servicio de Pediatría del hospital destaca que la fiebre es un indicador de enfermedad, por lo que es útil para mantener una vigilancia activa. No obstante, es importante seguir ciertas recomendaciones de los expertos y evitar algunos errores comunes al tratar de reducirla.
En este contexto, Felipe González, pediatra del Hospital Gregorio Marañón, señala que la fiebre es "beneficiosa" porque contribuye a combatir las infecciones en los niños. De este modo, ofrece ocho consejos para manejar la fiebre en los niños.
Entre los mismos no recomienda un remedio casero popular: dar baños de agua fría al pequeño para bajar la temperatura. Tal y como sostienen desde EFE de acuerdo a las palabras de González, el cambio brusco de temperatura puede causar malestar, temblores e incluso convulsiones en el niño. No obstante, se puede dar un baño con agua tibia, aproximadamente 2-5 grados menos que la temperatura del niño en ese momento. No se deben usar compresas de agua fría o alcohol; en su lugar, se recomiendan compresas de agua tibia. Así, a este se suman los restantes siete consejos:
- No se debe medir la temperatura con la mano; siempre es necesario usar un termómetro para obtener una lectura precisa. En el caso de los lactantes, se puede tomar la temperatura por vía rectal, mientras que en niños mayores se suele utilizar la axila.
- No es recomendable abrigar al niño cuando tiene fiebre. Es mejor dejarlo con ropa ligera y las extremidades descubiertas, lo que permitirá una mejor transpiración y facilitará su vigilancia. Además, la temperatura de la habitación debe mantenerse entre 20 y 22 grados.
- Si la temperatura supera los 38 grados, se recomienda administrar antitérmicos como paracetamol o ibuprofeno, siempre siguiendo las indicaciones y dosis establecidas por el pediatra. Nunca se debe usar aspirina en niños sin indicación médica. Además, no se recomienda alternar entre antitérmicos, ya que puede causar confusión en los padres y errores en la administración. El uso de un único antitérmico garantiza una mayor eficacia.
- No se deben administrar antibióticos sin prescripción médica. Si la fiebre persiste o el niño sigue sintiéndose mal, se recomienda acudir al pediatra para que determine el tratamiento más adecuado. Además, cualquier niño menor de un mes y, en general, menor de 3-6 meses, debe ser evaluado por un pediatra si presenta fiebre.
- Cuando el niño tiene fiebre y pierde el apetito, no se debe forzar la alimentación. No es necesario obligarlo a beber líquidos, pero sí ofrecerlos de manera continua para mejorar su hidratación. En el caso de los bebés, se debe mantener la lactancia materna. Puede ser útil una alimentación fraccionada, ofreciendo alimentos en pequeñas cantidades o en varias tomas durante los momentos de mejoría.
- Durante las primeras 24-48 horas de fiebre, la temperatura está en ascenso. En este sentido, el objetivo es mantener la temperatura y no bajarla, por lo que no debemos pensar que los antitérmicos no están siendo efectivos. Además, el paracetamol o el ibuprofeno tardan entre 30 y 60 minutos en hacer efecto, especialmente si se administran con alimentos.
- No debemos esperar que el niño esté tan activo como siempre cuando tiene fiebre; es normal que esté un poco más decaído y menos activo. Debemos permitir que el niño recupere su ritmo de manera natural, estimulándolo para que no esté siempre tumbado. Cuando el niño comience a estar más activo, es probable que el proceso que causó la fiebre esté remitiendo y se esté recuperando.