El museo más auténtico de la Edad Media al aire libre está a menos de una hora de la frontera española
Uno de los pueblos históricos mejor conservados a nivel internacional.
La península ibérica es un testimonio vivo de la huella indeleble que dejaron los romanos a lo largo de los siglos. Desde majestuosos acueductos y anfiteatros hasta calzadas y villas decoradas con numerosos mosaicos, este rincón del suroeste de Europa alberga un patrimonio cultural excepcional. Concretamente, hay un pueblo portugués que refleja a la perfección la riqueza de una civilización romana que transformó el paisaje y la vida cotidiana.
Se trata de Linhares da Beira, un encantador municipio histórico que se asienta en uno de los contrafuertes de la Serra da Estrela, a 800 metros de altitud. Con un castillo medieval, paisajes únicos y una gastronomía deliciosa, este lugar se ha ganado el título honorario de “museo medieval al aire libre más auténtico”. Su mezcla de parajes de ensueño con una imponente arquitectura transporta a los visitantes a una época pasada.
Declarado como uno de los pueblos históricos mejor conservados a nivel internacional, Linhares da Beira es toda una joya bien conservada donde parece haberse detenido el tiempo. Sus calles empedradas, casas señoriales de granito y demás rincones pintorescos evocan un ambiente medieval auténtico, sin necesidad de artificios. El pueblo cuenta con menos de 300 habitantes, lo que añade cierta aura de tranquilidad y exclusividad.
Un pueblo de muchas maravillas
Este pueblo portugués, situado a tan solo una hora de la frontera española, conserva un patrimonio histórico y cultural único. Uno de los mejores ejemplos de arquitectura militar medieval es el Castillo de Linhares, construido en el siglo XII en lo alto del pueblo como parte de una estrategia defensiva para proteger la frontera del reino de Portugal frente al reino de León. Situado en un punto estratégico sobre una colina, ofrece increíbles vistas panorámicas del valle del Mondego.
Además del castillo, otro sitio de gran interés cultural es la Iglesia de Santa María, un ejemplo destacado del arte romántico-gótico de la región. Construida en el siglo XIII, este edificio ha sido un punto de encuentro para los habitantes del pueblo durante generaciones. Cuenta con un interior repleto de frescos renacentistas y detalles tallados en madera que reflejan la evolución artística y religiosa de la zona a lo largo de los años.
Más allá de su legado arquitectónico, Linhares da Beira también es ideal para los amantes de las actividades al aire libre. El pueblo es conocido como la “capital del parapente”, ya que cuenta con unas condiciones excepcionales para practicar este deporte, atrayendo tanto a aventureros como a quienes buscan una experiencia tranquila en contacto con la naturaleza, con sus diversas rutas de senderismo que te permitirán descubrir una flora y fauna únicas.
Además, entre las estrechas calles del pueblo se encuentran locales compartiendo historias sobre su interesante pasado o preparando recetas tradicionales que han pasado de generación en generación, como es el caso del delicioso queso de la sierra. En definitiva, Linhares da Beira es una oportunidad única de sumergirse en la atmosfera de la Edad Media sin las distracciones del turismo masivo.