Ni en Cataluña ni en el País Vasco: este es el único pueblo de España que tiene doble nacionalidad
Una herencia compartida que es símbolo de integración y respeto.

En España, cada pueblo tiene algo que lo hace único: desde nombres peculiares hasta tradiciones ancestrales que se mantienen vivas con el paso de los años. Algunos destacan por su ubicación, mientras que otros se alzan como tesoros históricos donde pasear por sus calles es como viajar al pasado. Sin embargo, hay un pueblo en particular que destaca por una singularidad única: una doble nacionalidad.
Contrario a lo que mucha gente podría pensar, esta particularidad no la encontramos ni en Cataluña ni el País Vasco. Situado en la provincia de Badajoz, Olivenza es el único municipio en España cuya población tiene derecho a una doble nacionalidad española y portuguesa, fruto de una historia que trasciende fronteras. Además, este lugar conserva un idioma único, el portugués oliventino, aunque su uso está disminuyendo con el paso del tiempo.
Ubicado a tan solo 10 kilómetros del río Guadiana, esta localidad extremeña comparte frontera con Portugal, una proximidad que ha influido en su identidad a lo largo de los siglos. Olivenza fue territorio portugués hasta principios del siglo XIX, cuando tras la Guerra de las Naranjas, en 1801, pasó a manos españolas como parte del Tratado de Badajoz. Desde entonces, el pueblo ha mantenido su carácter único, con una herencia compartida.
Un motivo de orgullo
La mezcla cultural es evidente en cada rincón del pueblo, de hecho las calles llevan nombres tanto en español como en portugués. Desde la arquitectura manuelina de la iglesia de Santa María del Castillo hasta el uso ocasional del portugués oliventino en algunos círculos locales, en este municipio se respira la esencia de ambas naciones. Además, las festividades y tradiciones combinan elementos de ambos países, consolidando un sentimiento de orgullo por esta dualidad.
Lejos de ser un motivo de conflicto, la doble nacionalidad se ha convertido en un símbolo de integración y respeto mutuo entre España y Portugal. Gracias a los esfuerzos de una asociación por mantener viva la lengua y a las concesiones del Parlamento Portugués, los ciudadanos pueden celebrar un vínculo emocional con sus raíces que va más allá de un simple hecho administrativo.
Con esta peculiaridad, Olivenza se posiciona como un lugar que trasciende las fronteras, no solo geográficas, sino también culturales. Un pueblo donde la unión de dos naciones se ha convertido en un atractivo turístico de primer nivel, que además fomenta el entendimiento y la colaboración entre España y Portugal. Además, la localidad destaca por su belleza, su riqueza histórica y su exquisita gastronomía.