Para visitar el ábside de esta iglesia de Segovia tendrás que viajar a Nueva York
Fue trasladado a la ciudad pieza por pieza.

En la pequeña localidad de Fuentidueña, en la provincia de Segovia, se erige una antigua iglesia románica en una gran colina bajo un castillo fortificado. Se trata de la iglesia románica de San Martín, de la que actualmente apenas quedan los muros en la villa segoviana.
Para ver el gran ábside del templo, siglo XII, hay que viajar hasta Nueva York. Concretamente hasta The Cloisters, un museo especializado en arte y arquitectura medieval gestionado por el Museo Metropolitano.
Tal y como explica la revista National Geographic, John D. Rockefeller Jr. lo adquirió en 1958 después de varios años con esta joya románica en el punto de mira. Para trasladar el ábside de Fuentidueña a Nueva York hubo que desmontar y trasladar más de 3.300 bloques de piedra en 839 cajas.
Las piezas se movieron primero en camiones hasta el puerto de Bilbao, donde se colocaron en un carguero que las trasladó hasta la ciudad estadounidense.
Actualmente el ábside puede verse en una de las salas más grandes de The Cloisters ya que la pieza mide 919,5 x 749,3 x 843,3 metros. La sala buscaba emular una nave central de un solo pasillo de un templo. Además, del ábside de Fuentidueña, en la sala hay otras piezas de arte medieval como un crucifijo.
El ábside fue declarado Monumento Nacimiento de España en 1931, por lo que no podía ser exportado, algo que cambió tras la Guerra Civil y la llegada del franquismo a las instituciones. Después de años de negociaciones, a cambio del bien expoliado, el Museo Metropolitano confirmó al gobierno franquista que rehabilitaría la iglesia de Fuentidueña y devolvió las seis pinturas murales de San Baudelio de Berlanga, expuestas actualmente en el Museo del Prado de Madrid.