Las claves del éxito de Barcelona en Comú

Las claves del éxito de Barcelona en Comú

El triunfo de Ada Colau y Barcelona en Comú demuestra que los ciudadanos nos hemos sentido más implicados en lo que concebimos como política. Si algo ha quedado claro desde el 15-M es que queremos participar en ella de forma regular y natural, sin tener que esperar cada cuatro años a que se abra el candado de la democracia. La puerta debe permanecer siempre abierta.

AFP

Ada Colau será la próxima alcaldesa de Barcelona al ganar las elecciones con la candidatura ciudadana Barcelona en Comú, que apenas ha cumplido un año de vida. Un éxito rotundo sin precedentes y que ha superado cualquier expectativa. Un resultado histórico en la ciudad condal. ¿Cuáles han sido las claves de su triunfo?

Unidad. Fundamentalmente, uno de los mayores logros de Barcelona en Comú ha sido el de haber sabido formar una plataforma de unidad popular con unos objetivos claros y que ha sabido sumar el apoyo de distintos partidos políticos (Podemos, ICV, EUiA, Equo, Procés Constituent). Un proceso de confluencia de una izquierda siempre segregada que no terminó de cuajar en otras ciudades como Valencia o Sevilla. Toda una lección para aquellos partidos que aspiren a formar un frente sólido de izquierdas de cara a las generales, incluido Podemos, que no debe caer en la arrogancia de creerse el único partido de la oposición. Pablo Iglesias se equivocaba al afirmar que "el cielo no se toma por consenso". Barcelona en Comú acaba de demostrar que sí es posible.

Participación ciudadana. En esta candidatura se ha demostrado que los principales protagonistas han sido los vecinos barceloneses. En las asambleas semanales de cada distrito se han realizado diagnosis de los barrios, preguntado a las asociaciones vecinales sobre sus necesidades y miles de personas han propuesto medidas para la elaboración de su programa electoral. Además, se ha podido elegir a los consejeros de distrito mediante unas primarias abiertas que ha sido posible gracias al desarrollo de nuevas herramientas democráticas, cada vez más indispensables. En definitiva, los ciudadanos nos hemos sentido más implicados en lo que concebimos como política. Si algo ha quedado claro desde el 15-M es que queremos participar en ella de forma regular y natural, sin tener que esperar cada cuatro años a que se abra el candado de la democracia. La puerta debe permanecer siempre abierta.

Transparencia. Ada Colau publicó en su blog su declaración de bienes y la declaración de la renta. Mientras tanto, Esperanza Aguirre protestaba porque alguien había filtrado sus datos de la renta. Aquí radica la diferencia entre alguien que no tiene nada que esconder frente a la opacidad del que teme ser descubierto. En una época donde la sociedad está tan escarmentada por la corrupción, necesitamos más que nunca actos de transparencia como el de Colau que logren devolvernos la confianza en la política. Por otra parte, la nueva alcaldesa de Barcelona deberá publicar la agenda con los actos públicos y reuniones, así como los criterios de contratación de los cargos, tal como establece su código ético.

Humildad e ilusión. Uno de los puntos fuertes de Barcelona en Comú ha sido saber combinar la ambición del ganador con la humildad del buen perdedor, al más puro estilo Guardiola. Ada Colau ha sido capaz de transmitir humildad haciendo referencia a sus orígenes, pero al mismo tiempo desde el principio dejó clara su intención de ganar. Una imagen que dista mucho de aquellos políticos arrogantes, distantes y con los que no nos sentimos identificados. Las palabras de Colau tras saberse ganadora reflejan muy bien este espíritu: "Es la victoria de David sobre Goliat".

En estos tiempos de revolución democrática que vivimos, debemos aprovechar la oportunidad de cambio político para ser una ciudadanía cada vez más exigente. Así pues, los partidos tradicionales deberían comenzar a tomar nota de las nuevas formas de hacer política si quieren subsistir con el paso del tiempo. A partir de hoy, Ada Colau tendrá que asumir el difícil reto de demostrar que es posible gobernar con y para los ciudadanos. Como decía Spiderman: un gran poder conlleva una gran responsabilidad.