Mínimo salario

Mínimo salario

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Había pensado poner de título a esta columnita "Apocalipsis", con sus cuatro jinetes y todo, sembrando por el mundo la guerra, el hambre, la enfermedad y la muerte. O "Armagedón", directamente la destrucción del mundo, el último día. Seguro que a muchos les habría dado en el gusto, habrían entendido que es ese, justamente, el titular para el tema que nos ocupa. Pero claro, serían los mismos que no entienden que el salario mínimo es un mínimo salario, y que los 900 euros que les espantan, siguen siendo más bien escasitos, con lo cara que está la vida, que lo tengo que decir.

El caso es que se han levantado las voces agoreras de siempre (que curiosamente coinciden con empresarios y profesionales de los "recortes" varios), profetizándonos toda clase de desgracias si se lleva a efecto tal felonía, la de aumentar un puñado de euros lo que, sobre el papel, debiera ser el límite para vivir con dignidad.

El salario mínimo es una cantidad de dinero por debajo de la cual ningún individuo, empresa o empresario puede legalmente contratar a otro individuo. Así de fácil y de crudo. En estos momentos, en España ese valor es aproximadamente 750 euros al mes, incluyendo las pagas extraordinarias. Contratar o ser contratado por un sueldo inferior es un delito. Claro, que están las trampas, el firmar media jornada trabajando el doble, o el triple, los becarios eternos y esas cosas que serían objeto de otra columna, pero que no está de más recordarlo.

Indignante y cabreante es que políticos que viven de lo que les pagamos, que cuadruplican el salario mínimo que se propone, se opongan con uñas y dientes a la subida

A partir de ahí, que cualquiera de los heraldos que nos anuncian con trompetas de fuego el fin del mundo desde las bien blindadas almenas de sus castillos, nos expliquen qué harían ellos con 900 euros, si al final se imponen las fuerzas del mal y se aprueba la subida. Igual les llega para una corbata de marca no muy sonada; o para una comida de trabajo de esas en las que se come mucho y bien y no se trabaja nada; o para pagar a un par de chicas filipinas de servicio. A tres, si están muy necesitadas.

Porque para pasar un fin de semana no alcanza. Ni para ir a cazar, o hacer una escapadita a esquiar a Suiza. Eso sí, que un trabajador cobre 900 euros al mes es lo que estropeará la economía, fastidiará el crecimiento y hará que los cuatro jinetes campen a sus anchas por esta España de nuestros dolores. Despidos a mansalva, fábricas deslocalizadas, más Bangladesh o Marruecos, o Pakistán, que allí no hay insensatos que se planteen subida alguna.

Se les tendría que caer la cara de vergüenza pidiendo que se cobre menos de 900 miserables euros

Muy triste que los empresarios hagan este planteamiento, que la CEOE se haya apresurado a poner el grito en el cielo, pero más triste aún, por no decir indignante y cabreante, que políticos que viven de lo que les pagamos, que cuadruplican el salario mínimo que se propone, se opongan con uñas y dientes a la subida. Es obsceno y humillante que cobren un céntimo más de dinero público cuando no han levantado la voz mientras nos recortaban en dependencia, en prestaciones, en educación, en becas de comedor y en todo lo imaginable que pueda perjudicar a los más desfavorecidos. Se les tendría que caer la cara de vergüenza pidiendo que se cobre menos de 900 miserables euros.

O podrían molestarse en pensar, por un ratito, en quienes viven en el apocalipsis desde hace muchos años.

Este post se publicó originalmente en el blog de la autora

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