Las lesbianas están de moda en pasarelas y hospitales

Las lesbianas están de moda en pasarelas y hospitales

Apostamos por la visibilidad. Nos gusta ver modelos casándose con otras modelos. Nos gustan los referentes. Pero también nos gustan las imágenes reales. Que sí, que la lesbiana ha estado de moda. Nadie lo niega. Ha posado y ha sonreído. Pero después de quitarse el traje tan estiloso y los tacones, en soledad, también ha llorado.

De moda o endemoniadas. Que alguien nos aclare porque últimamente esto de ser lesbiana ya es en sí mismo un sin vivir. ¿En qué lado estamos? Varias modelos, como Eden Clark y Harmony Boucher, y mujeres top de la moda neoyorkina han cambiado a sus novios por novias. Esta lesbianización se vive como tendencia y así lo expresan varias publicaciones. El lesbian chic se lleva. Se estila y se ve en las pasarelas, colecciones y publicidades.

Y es que sí, este 2012 las lesbianas hemos dado que hablar. La fotografía del beso de Marsella, protagonizado por dos chicas en la manifestación en contra del matrimonio homosexual, dio la vuelta al mundo y se convirtió en ícono, impulsado por dos grandes motores: la moda del lesbianismo y la evidente belleza de sus protagonistas.

Las revistas y periódicos hablan del lesbian chic, concepto que surgió en los 90 para nombrar a todas esas lesbianas inofensivas, esas que parecían mujeres normales, que se maquillaban, usaban falda, iban de compras y que fácilmente podían confundir a un buen hombre. ¡Vaya con las lesbianas!

Pero hay un lesbian que es menos chic, que también ha estado de moda este 2012, y ha tenido poca cobertura en los medios, seguramente porque le falta el toque de glamour que le sobra al anterior: el maltrato.

Mallory Owens, de 23 años y de Alabama, poco sabe de que el lesbianismo está de moda. Se recupera en un hospital de fracturas en el cráneo y en varios huesos, después de recibir dos palizas del hermano de su novia. También agredida por la familia de su chica terminó en Chile una adolescente de 16, Valeska Salazar, golpeada con puños, palos y piedras, pateada y apuñalada por 9 hombres que poco sabían de que en las pasarelas de Nueva York está triunfando el amor entre dos mujeres. En el mismo país una pareja de lesbianas treintañera fue golpeada en un bar por besarse. Una de ellas terminó con la cabeza abierta.

Tanta moda, tanta moda, y en Roma a una chica de 23 años le rompieron una botella en la cabeza, un rumano al que no le sentaba bien esto del lesbianismo. Ni chic ni no chic. Al sur de esta misma ciudad un grupo de jóvenes intentó atacar a una pareja de mujeres que corrió a refugiarse en su coche. El lesbian car se llevó los golpes y las patadas.

Este 2012 se han puesto de moda esos hospitales ilegales ecuatorianos donde se torturaba y acosaba a lesbianas, que podían pasarse hasta 5 días sin comer, para intentar "convertirlas". Hablo en pasado porque al parecer ya se han cerrado. Pero como son ilegales, nunca se sabe.

¡Somos tendencia! Esto de la moda lo captó un magnate de Hong Kong que puso en un escaparate a su hija lesbiana, ofreciendo 50 millones de euros al hombre que la conquistara.

Pasarelas, fotografías, belleza. Los medios se hacen eco de lo trendy que es ser lesbiana. ¡Cómo mola...! Pero cuidado. Tantos flashes nos han deslumbrado y no estamos viendo con claridad. Golpear, curar y vender el lesbianismo también se ha puesto de moda y no lo podemos obviar como lo hacen los medios generalistas.

Apostamos por la visibilidad. Nos gusta ver modelos casándose con otras modelos. Nos gustan los referentes. Pero también nos gustan las imágenes reales. Que sí, que la lesbiana ha estado de moda. Nadie lo niega. Ha posado y ha sonreído. Pero después de quitarse el traje tan estiloso y los tacones, en soledad, también ha llorado.