Volvemos a navegar por el Ártico para pedir su protección

Volvemos a navegar por el Ártico para pedir su protección

A bordo del barco Esperanza y junto a los actores Carlos Bardem y Alberto Ammann y el realizador Álvaro Longoria, recorreremos el archipiélago noruego de Svalbard. Una zona de una belleza y biodiversidad únicas, amenazado por el calentamiento global y la explotación petrolífera.

Hoy, 9 de agosto, nos ponemos en marcha para realizar un viaje muy especial: a bordo del barco Esperanza y junto a los actores Carlos Bardem y Alberto Ammann y el realizador Álvaro Longoria, recorreremos el archipiélago noruego de Svalbard. Se trata de una zona de una belleza y biodiversidad únicas, que, como el resto del ecosistema ártico, se encuentra amenazado por el calentamiento global y la explotación petrolífera.

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Hace poco más de un año realizamos la primera expedición junto a Alejandro Sanz y varios medios de comunicación. Aquel viaje sirvió para que millones de personas conociesen la situación del deshielo en el Ártico y se involucrasen pidiendo su protección. Ahora nos embarcamos en esta segunda expedición para documentar las amenazas a las que se enfrenta. Nos ayudarán Carlos Bardem, Alberto Ammann y Álvaro Longoria, que ha rodado junto a figuras como Oliver Stone, y que aprovechará el viaje para iniciar la grabación de un documental sobre la situación de esta última frontera.

Porque como venimos diciendo desde hace ya mucho tiempo, lo que ocurre en el Ártico nos afecta a todos. Su acelerado deshielo -en los últimos 30 años hemos perdido tres cuartas partes de la superficie de la capa de hielo flotante- afecta, no sólo a la fauna local y a los cuatro millones de personas que viven en él, sino al resto del planeta, ya que la estabilidad climática depende de su preservación. Pero donde la mayoría apreciamos un importante riesgo, las compañías petrolíferas ven grandes oportunidades para abrir nuevas rutas marinas y acceder a recursos que todavía permanecen sin explotar.

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El propio Longoria resume la paradoja que esta actitud irresponsable supone: "Es importantísimo dar a conocer el momento crítico que vivimos, con prácticas que enriquecen a unos pocos y ponen en peligro el futuro del planeta. En ningún sitio es esto más claro que en el Ártico".

Afortunadamente, la sociedad cada vez es más consciente de la importancia de defender este entorno único. Cinco millones de personas han pedido ya en todo el mundo que sea un espacio protegido. Nosotros estaremos estos días allí con nuestro barco, el Esperanza, y con la confianza en que con una ciudadanía global cada vez más consciente, lograremos que se produzcan avances en su protección. Es una batalla larga, pero que podemos ganar, al igual que ya ocurrió con la Antártida.

Desde Greenpeace tenemos claro que es el momento de actuar y de establecer medidas que protejan el Ártico. Y por eso seguiremos recabando apoyos, denunciando las amenazas y pidiendo la creación de un Santuario Global que salvaguarde esta región y, con ello, a las personas que habitamos este planeta.