Am@r

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'Amar en tiempos de Internet'.

Amar en tiempos de Internet con su subtítulo gráfico ¿Me am@s o me follow? , anuncia rotundamente el contenido de un libro novedoso a varios niveles. Como su título indica, aborda una problemática actual, pero además es pionero en la materia pues no hay apenas bibliografía sobre el tema desde un enfoque psicológico profundo. Martina Burdet aborda el tema del amor desde su amplia experiencia clínica como psicoanalista a través de lo que ella llama historias corrientes;es decir, desde la perspectiva de la dificultad del amor hoy y del cambio revolucionario que existe al respecto. Verdadero nuevo orden amoroso donde "el otro del contacto se ha tornado sin cualidad, banal sustituible, intercambiable como si de una mercancía desechable se tratara y donde la conexión sustituye a la relación".

Burdet analiza la nueva realidad de manera rigurosa y atenta , no solo a través de la escucha de casos clínicos en el caso por caso, sino también con una ventana abierta sobre ciertos hechos sociales novedosos.

Am@r atravesado por arroba se ofrece como metáfora adecuada para describir estos tiempos nuestros, donde el psiquismo y el mundo de los afectos emergen en un determinado contexto social marcado por unos aparatos que pueden llegar a ser prolongación humana si se quiere, por la aceleración del tiempo, por la inmediatez de los contactos, por la excitación sin tregua, una cierta pornografización de la sexualidad, formas distorsionadas de amor que se desarrollan cuando la máquina en sí misma, los robots, devienen objetos de amor. La fractura cada vez más acentuada entre sentimientos amorosos y sexo, desemboca sobre el sexo duro o sobre el sexo a secas como proeza, que son los ejes del análisis. Desde donde se arranque, con profundidad y rigor, Burdet va mostrando cómo paulatinamente Eros se va muriendo en cuanto que, Narciso definido como amor a sí mismo, resucita y canta a pleno pulmón.

Los likes han devenido la nueva moneda amorosa en un mundo cada vez más teñido de exhibicionismo y de voyeurismo

Vivimos en era del selfie, del ser visto o morir, y de la búsqueda de like como preferencia amorosa. Mientras la otra persona del intercambio amoroso va dejando de importar con sus cualidades propias y diferentes de las de uno, se da prioridad al deseo propio de mirar como uno gusta, como a uno le miran. Los likes han devenido la nueva moneda amorosa en un mundo cada vez más teñido de exhibicionismo y de voyeurismo. Los likes producen que uno se venga arriba de inmediato o caiga en depresión con la misma velocidad como si de un valor bursátil se tratara. Uno tiene a gala recolectar likes y esta meta se burla de los medios para obtenerlos y, por supuesto, de la calidad de lo que los mendiga para sentirse ¿admirado, famoso, importante, existir?

Emulando el aliento proveniente de la Silicon Valley, uno hoy tiene que crearse a sí mismo como famoso y ser su propio héroe. Uno ha de devenir el creador de sí mismo a cualquier precio: pérdida de la intimidad, exhibición de la propia patología, la condición es enseñarlo todo. Pero ahora, además, se paga muy bien por un trasero en un programa de telerealidad, por la narración de una amor sadomasoquista en detalle, por la exhibición sexual ,que solo necesita de una webcam.

Es la era del acceso a la pornografía libre que precisamente constituye la muerte de amor entendido como conjunto de afecto y de sexualidad.

En este contexto se entiende que la melancolía, las grandes depresiones y las adicciones florezcan

Es la era de la cantidad, de las grandes cantidades de datos analizados por poderosos algoritmos que nos proponen online personas supuestamente afines, absolutamente sustituibles las unas a las otras.

Las nuevas herramientas a nuestro alcance pueden en un momento determinado servir de self help, de auto ayuda, pero obturan los duelos. Ya no importa el dolor de la ruptura. Perdido uno, pueden aparecer miles a distancia de clic.

Las nuevas herramientas brindan la falsa ilusión de poder conseguir los también nuevos ideales en boga: eterna juventud, eterna belleza, exhibición de poder, felicidad a gogó y que se vea. Se nos propone incluso el gadget, unos sofisticados robots inteligentes con textura próxima a lo humano como nuevos objetos del mercado amoroso. Parece que el ideal Faustiano fuera posible: eternidad, placer sin tregua y que se vea.

La autora desarrolla un análisis crítico dentro del marco de las relaciones amorosas, de la negación de lo que precisamente define la esencia del ser humano, y ello a través de un mal uso de herramientas por otro lado fascinantes: el ser mortal por definición, imperfecto por supuesto y frágil desde su nacimiento . No sin ironía, se pregunta Burdet si hay que inventar nuevas aplicaciones para poder re aprender a soportar la frustración, el silencio necesario para el pensamiento y la realidad de que todo tiene limite y es finito.

"El ser humano de hoy parece renegar de su condición (...) Ningún psiquismo podría construirse con un pecho en la boca día y noche. Pero se puede tener y estar agarrado del "pecho Internet" para excitarse, calmarse, no deprimirse, o sentirse poderoso todo el día, o casi.

Burdet invita a pensar nuestro mundo. En definitiva, un libro original y profundo que merece ser leído

(...) La tecnología alimenta la fantasía de poder tener un pecho en la boca de continuo y no sentir hambre jamás. Un pecho en la boca...siempre que se desea equivale precisamente a la muerte del deseo, de la fantasía y del pensamiento.

En este contexto se entiende que la melancolía, las grandes depresiones y las adicciones florezcan y vengan a desvelar a aquello que no se elabora, que no logra pasar porque nada se puede elaborar en semejante contexto de lleno, pleno sin tregua, o de ausencia, de vacío, lo cual es lo mismo".

Burdet invita a pensar nuestro mundo. En definitiva, un libro original y profundo que merece ser leído. A través del hilván de las historias cada vez más corrientes de esos seres humanos, la autora nos brinda elementos fundamentales para entender la transformación del humano actual. Un libro que sin sacrificar la profundidad también se quiere al alcance de cualquier lector deseoso de entender su mundo.

Anuda con maestría los entresijos del mundo afectivo y su compás correspondiente dibujando el entramado social actual.

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