¿Qué es el autismo? ¿Qué es el trastorno del espectro autista?

¿Qué es el autismo? ¿Qué es el trastorno del espectro autista?

El autismo es un trastorno físico derivado de una biología y una química anormales en el cerebro. Las causas exactas de esta anomalía aún hoy son un misterio. Existe la hipótesis de que hay una combinación de factores que propician la presencia del TEA (Trastorno del Espectro Autista). Puede ser hereditario en algunas familias, y hasta ahora las investigaciones muestran que muchos genes podrían estar involucrados.

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Foto: ISTOCK

La Asamblea General de las Naciones Unidas declaró, por unanimidad, el 2 de abril el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, para poner de relieve la necesidad de mejorar la calidad de vida de estas personas, para que gocen de una vida plena y digna.

Tal y como lo proclama dicha celebración, este día desea abrir el abanico y concienciar a todo el mundo, además de brindar información a la sociedad, de manera que entre todos podamos crear mejores condiciones para la gente que padece este trastorno.

En Psicología Clínica, cuando hablamos de autismo, nos referimos a un conjunto de alteraciones semejantes cuya manifestación varía mucho en grado y forma de unas personas a otras.

Por lo tanto, al tomarlo como un continuo (espectro), más que como una categoría única, entendemos que, cuando hablamos de autismo y otros trastornos generalizados del desarrollo, estamos empleando términos comunes para referirnos a personas muy diferentes.

El término espectro autista fue empleado por primera vez por Lorna Wing y Judith Gould en 1979. Lorna Wing, en 1988, expuso que estas personas presentan:

  1. Trastorno en las capacidades de reconocimiento social.
  2. Trastorno en las capacidades de comunicación social.
  3. Patrones repetitivos de actividad, tendencia a la rutina y dificultades en imaginación social.

En Europa se da una prevalencia de aproximadamente un caso por cada cien nacimientos (Autism-Europe aisbl, 2015). En estudios recientes realizados en EEUU-CDC, 2012 los datos son de un caso por cada 88 nacimientos.

Las causas

El autismo es un trastorno físico derivado de una biología y una química anormales en el cerebro. Las causas exactas de esta anomalía aún hoy son un misterio. Existe la hipótesis de que hay una combinación de factores que propician la presencia del TEA (Trastorno del Espectro Autista). Puede ser hereditario en algunas familias, y hasta ahora las investigaciones muestran que muchos genes podrían estar involucrados.

Se han sopesado otras causas posibles, pero no se han probado. Algunos investigadores creen que el daño se centra en una parte específica del cerebro, la amígdala. Otros investigadores están estudiando si un virus podría desencadenar los síntomas. Frente a este desierto de ambigüedades, algunos padres culpan a ciertas vacunas infantiles de causar el TEA. Pero varios investigaciones no han encontrado ninguna verificación a esta conjetura. La Academia Estadounidense de Pediatría (The American Academy of Pediatrics) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (de los Estados Unidos) aseguran que no hay ningún vínculo entre el autismo y las vacunas.

Simplemente el aumento de diagnósticos infantiles es debido a una mayor observación en los niños y a las nuevas definiciones de TEA, ya que el término Trastorno del Espectro Autista incluye ahora afecciones que solían diagnosticarse por separado:

  • Trastorno autista.
  • Síndrome de Asperger.
  • Trastorno desintegrativo infantil.
  • Trastorno generalizado del desarrollo.

¿Qué síntomas se observan en un niño con TEA?

Existen algunos indicios típicos que pueden manifestarse entre los 18 y los 36 meses de edad:

  • Sordera aparente. No responde a las llamadas e indicaciones. Parece que oye algunas cosas y otras no. 
  • No persigue a los miembros de la familia, ni alza los brazos para que lo cojan, como si los ignorara. 
  • No sonríe ni se alegra cuando alguien se acerca a él. 
  • No señala con el dedo y mira al adulto para comprobar que éste también mira donde señala. 
  • No indica con el dedo para compartir experiencias ni para pedir nada.
  • Tiene un contacto ocular disperso. Casi nunca mira a nadie, y cuando lo hace, parece que tiene la mirada perdida, como si no hubiera nada delante. 
  • No se fija en los demás. Carece de curiosidad. 
  • Cuando se cae, no llora y tampoco busca consuelo. 
  • Es excesivamente independiente. 
  • Reacciona desproporcionadamente a algunos estímulos (es muy sensible a ciertos sonidos o texturas). 
  • No reacciona cuando se le llama por su nombre. 
  • Prefiere jugar solo. 
  • No dice "adiós". 
  • No sabe entretenerse con los juguetes.

A partir de los 36 meses también puede manifestar las siguientes conductas:

  • Tiende a ignorar a los niños de su edad, no busca interactuar con ellos.
  • Presenta una distracción repetitiva y utiliza los juguetes de manera inapropiada. Por ejemplo: gira constantemente las piezas, se entretiene con trocitos de papel delante de los ojos, alinea objetos... 
  • Realiza movimientos estereotipados o monótonos, como aletear las manos, dar saltitos, balancearse, caminar de puntillas.
  • No emplea el lenguaje, o es repetitivo y sin significado aparente, acompañado de un tono inusual. No dice cosas que antes decía. 
  • No imita a los demás. 
  • Evita la mirada y el contacto personal.
  • Parece cómodo cuando está solo y se ofusca si se altera su rutina. 
  • Manifiesta un apego exagerado a ciertos objetos. 
  • Tiene muchas rabietas. 
  • Está, literalmente, "en su mundo".

Es motivo alarma absoluta (necesidad total de evaluación por un psicólogo clínico) si:

  • No balbucea ni hace gestos de interacción con 12 meses. 
  • No dice palabras aisladas con 16 meses. 
  • No dice frases completas con 24 meses. 
  • Manifiesta cualquier regresión o pérdida de habilidades adquiridas a la edad normal. 

Es importante recordar que en ocasiones los padres rechazan diagnosticar la enfermedad, porque les preocupa que estigmaticen a su hijo. Sin embargo, la prescripción es necesaria. Si no, el niño no podrá recibir el tratamiento y los servicios que necesita.

Tratamiento

Actualmente no existe una cura para el TEA. Pero la intervención temprana, apropiada e intensiva mejora en gran medida el pronóstico de los pacientes. La mayoría de los programas hacen hincapié en estimular al niño mediante un programa de actividades constructivas eficazmente gestionado. Por ello, con una terapia adecuad,a muchos de los síntomas mejoran. Y aunque suelen conservar algunos síntomas durante toda la vida, son capaces de convivir con sus familias y de integrarse en la comunidad.

Para terminar, quisiera compartir con vosotros El viaje de María, un cortometraje creado por el gran dibujante Miguel Gallardo, padre de la protagonista. Refleja la historia de una niña con autismo, y narra las diferentes situaciones a las que se enfrentan sus padres desde que descubren el trastorno de su hija. La película es una poética excursión al mundo interior de María, un viaje lleno de color, amor, creatividad y originalidad.