Monstruos S.A.

Monstruos S.A.

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Ya tenemos un nuevo monstruo en la sociedad, José Enrique Babuín Gey, conocido como "El Chicle" y detenido por el asesinato de Diana Quer, se ha incorporado a la lista de "monstruos" que cada año se elabora para tranquilizar conciencias y desviar miradas de las circunstancias comunes a todos los hombres que actúan con un objetivo similar, aunque las formas de alcanzarlo sean diferentes.

La primera en llamarlo de ese modo ha sido su madre, quizás la única persona legitimada para hacerlo por el impacto emocional que produce ser consciente de que el niño aquel ha sido el hombre ese que aparece en los medios de comunicación como autor de unos hechos tan terribles. Mirar a la vida y encontrar a ese hombre en cada recuerdo de aquel niño es "monstruoso" para una madre y para un padre.

La sociedad lo llama monstruo para decir que 'no es uno de los nuestros'

Pero el resto de la sociedad rápidamente también lo ha considerado como un monstruo bajo un argumento diferente, pues mientras que la familia lo califica de ese modo por ser "uno de los nuestros", la sociedad lo llama monstruo para decir que "no es uno de los nuestros". Por ello no han perdido tiempo en acudir a todo tipo de personas expertas para que expliquen algunas de sus características y rasgos de personalidad sin conocer nada de él ni haberlo examinado, tan sólo con las informaciones y referencias que aparecen en los medios de comunicación, algunas de ellas claramente contradictorias. Pero todo eso da igual, lo importante no es que sea verdad lo de "El Chicle", sino que sea mentira que se trataba de un hombre "normal", como sí han coincidido en definirlo personas de su entorno laboral, social, relacional, amistades...

Los estudios forenses nos dirán cómo es "El Chicle", cuáles son los rasgos de su personalidad y si tiene algún elemento que tenga un significado especial en su comportamiento, pero lo que sí sabemos ya es que se trata de un machista violento, igual que otros agresores que han cometido crímenes similares, incluso peores en sus formas y consecuencias por asesinar a varias víctimas, y ninguno de ellos era un enfermo mental ni tenía trastornos de personalidad, como tampoco ninguno de sus conocidos decía nada de ellos ni de "El Chicle" antes de que se conociera su responsabilidad en los hechos. En cambio, nadie ha dicho de él algo tan sencillo como que "es un machista violento" .

El análisis de un caso no puede basarse en la repercusión que tenga en los medios de comunicación, ni concluir sobre sus elementos a partir de las informaciones, pues las conclusiones y la información con toda probabilidad serán erróneas.

Al final, tener un monstruo a mano ayuda mucho a distorsionar lo ocurrido y a tranquilizar muchas conciencias y algunos ánimos

¿Qué es lo que hace, según toda esa gente, que un hombre sea un monstruo? Veámoslo.

Llevar a una mujer joven a un lugar apartado para agredirla sexualmente no debe serlo, puesto que, por ejemplo, es lo mismo que hicieron los integrantes de "la manada" y no sólo no los han considerado "monstruos", sino que hay quien los defiende y culpabiliza a la víctima. Haberla asesinado tampoco debe ser la razón de la monstruosidad, porque cada año en España alrededor de 100 mujeres son asesinadas bajo las diferentes formas de violencia de género y no se refieren a sus asesinos como monstruos. Ocultar el cuerpo tras el homicidio, aunque sea menos frecuente, tampoco ha llevado a considerar monstruos a los asesinos de Marta del Castillo o al marido de María Puy en Navarra, que la asesinó, descuartizó y enterró durante meses.

Al final todo indica que se es monstruo por necesidad, por una combinación de circunstancias que van desde los propios hechos hasta la alarma social generada, situación esta que necesita una negación del machismo y su violencia al tiempo que una afirmación de lo ocurrido. Al final, tener un monstruo a mano ayuda mucho a distorsionar lo ocurrido y a tranquilizar muchas conciencias y algunos ánimos.

¿Cuántos monstruos hay ahora mismo en las calles, en sus casas, en hospitales, juzgados, empresas, comercios... que son considerados como buenos compañeros, buenos amigos, buenos vecinos, buenos trabajadores y que mañana serán "monstruos"?

El machismo es una fábrica de monstruos que crea hombres normales que maltratan, matan y violan desde la invisibilidad y la impunidad

No son monstruos, sólo lo serán en nuestra imaginación, en esa realidad que necesitamos crear para que todo encaje dentro de la normalidad machista en la que convivimos cada día, sin que se alce la voz contra la injusticia social que supone y la violencia normalizada que queda integrada dentro de ella. Es mas fácil dejarse llevar y vivir al margen de esa realidad que aceptarla y enfrentarse a ella para cambiarla, sobre todo cuando hacerlo supone renunciar a los privilegios que el machismo otorga a los hombres.

El machismo es una fábrica de monstruos, es "Monstruos S.A.", no una película, sino la historia real. Y es tan terrible, que crea hombres normales que maltratan, matan y violan desde la invisibilidad y la impunidad, y luego crea algunos monstruos con nombres, apellidos y apodos para exponerlos por todos los medios cuando son descubiertos y no pueden beneficiarse de algunas de las justificaciones que también prepara para que su monstruosidad no de miedo y sea apta para todos los públicos.

Es lo que hemos visto con José Enrique Babuín, "El Chicle", aunque los intentos de minimizar siempre están presentes, como cuando se ha tratado de culpabilizar y responsabilizar a la propia Diana y a su familia, o como cuando ahora se buscan rasgos o trastornos en el "monstruo" para convertirlo en una especie de alienígena al margen de nuestra cultura y sociedad, para así tranquilizar más y poner la mirada todavía a más distancia de nuestra realidad.

Vivimos en una fábrica de monstruos, el machismo es "Monstruos S.A", pero no los busquen en lugares extraños ni con aspecto raro.

Este post se publicó originalmente en el blog del autor.

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