¿Cuándo nos devolverán nuestras casas? Los niños de Nepal tras el terremoto

¿Cuándo nos devolverán nuestras casas? Los niños de Nepal tras el terremoto

Los niños del remoto pueblo nepalí de Bhangar van juntos a todos lados después del terremoto, y tienen miedo de ir solos a cualquier sitio. Pasan la mayor parte del tiempo al aire libre, porque no tienen casas en las que vivir. Su casa es una pequeña tienda de campaña, y sobreviven con la poca comida que sus padres pueden conseguir.

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© UNICEF/PFPG2015-2666/Newar

Ajay Rai, de 7 años, sobrevivió al terremoto agarrado a esta tubería. Su madre, a su lado, estaba en la granja y no pudo llegar a casa para rescatarle

Tiene apenas siete años, pero durante el terremoto en Nepal Ajay Rai Danwar escapó de la muerte valientemente usando su instinto.

"Me agarré a esto y no lo dejé escapar hasta que terminó el temblor", explica Ajay mientras sujeta con fuerza la tubería de una máquina de gas de su familia para mostrarnos una imagen vívida de lo que hizo cuando el terremoto golpeó Bhangar, su remoto pueblo, unos 100 kilómetros al sur de la capital.

"Lloré mucho y escuché a todo el mundo gritar, pero cerré los ojos hasta que el terremoto acabó", nos cuenta mirando a su madre, Bhawani Danwar, de 30 años. Ella fuerza una sonrisa, todavía traumatizada al recordar aquel día.

"Nuestros niños fueron tan valientes porque la mayoría de los padres estábamos ocupados trabajando en las granjas y no pudimos llegar a casa, aunque corrimos muy rápido", explica.

Los padres vivieron su peor pesadilla cuando las veinte casas hechas de barro y ladrillo, sostenidos por pilares de madera, colapsaron.

Afortunadamente, los padres de quince de los hogares encontraron a todos sus hijos vivos, salvo a Binay Danwar, de cinco años. Era el único que estaba dentro de casa de su abuela. Los vecinos lo sacaron de los escombros, pero no pudieron salvarle.

La visión de las casas totalmente en ruinas recuerda a menudo a los niños el terrible día. Durante el día actúan de manera normal, pero cuando oscurece, empiezan sus pesadillas. Las familias desplazadas viven ahora en campamentos en tiendas de campaña. Pero cuando el tiempo empeora, las tiendas filtran las lluvias torrenciales, como ahora sucede cada día.

Sin embargo los padres están más preocupados por el estado mental de sus hijos, que a menudo empiezan a llorar cuando hay un ligero temblor de suelo debido a las réplicas.

"Incluso un ligero movimiento del suelo les da miedo, y hacemos todo lo posible para calmarles", dice Mangal Bahadur Danwar, de 40 años. Casi pierde a su hija Sushmita, de 5 años, que estuvo bajo el montón de escombros de su casa de dos pisos. Su amiga, Harka Danwar, logró sacarla a tiempo.

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© UNICEF/PFPG2015-2667/Newar

Mangal Bahadur Rai casi perdió a su hija de 5 años, Sushmita, cuando su casa colapsó sobre ella. Sobrevivió, pero ahora vive una pesadilla diaria y siempre tiene miedo

Su hija sigue traumatizada y tiene miedo incluso cuando en los días de viento la tienda de campaña se mueve un poco.

"No sé cómo devolverle la normalidad. Necesitamos ayuda", dice su padre. Se queja de que ningún trabajador social, periodista u oficial del Gobierno había visitado su pueblo antes. Esta es la primera vez que tienen la oportunidad de compartir sus historias.

"Me da miedo estar sola. Siento la tierra temblar todo el día", dice Bina Danwar, de 6 años. Nos enseña cómo reaccionó durante el terremoto. Se sentó y enterró la cabeza entre sus piernas agarrándose fuerte con los brazos.

Ahora los niños van juntos a todos lados, y tienen miedo de ir solos a cualquier sitio. Pasan la mayor parte del tiempo al aire libre, porque no tienen casas en las que vivir. Su casa es una pequeña tienda de campaña, y sobreviven con la poca comida que sus padres pueden conseguir. Estos están preocupados porque acuestan a sus hijos con el estómago medio vacío.

La mayoría de familias perdieron su ganado y no pueden dar leche a los niños. Las reservas de comida que los granjeros suelen almacenar durante seis meses están bajo de los escombros. No pueden recuperarlas.

El precio de la comida se ha disparado. "No podemos conseguir comida suficiente porque no tenemos dinero", dice entre lágrimas Rita Danwar, de 65 años, mientras nos enseña su casa, totalmente destruida. Está más preocupada por la falta de nutrientes de la dieta de sus nietos.

La mayoría de los padres están preocupados por el impacto en sus hijos de la falta de una casa, ya que tienen que superar el tiempo lluvioso y la falta de una correcta provisión del suministro de alimentos.

"¿Cuándo nos devolverán nuestras casas?", pregunta Bina, de 10 años. A menudo merodea por los escombros de lo que era su hogar, que echa mucho de menos.

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© UNICEF/PFPG2015-2668/Newar

Como la familia Danwar, miles de familias sufren ahora las consecuencias del terremoto sin casa y más empobrecidos