abdicación rey

¿Y ahora qué?

¿Y ahora qué?

Se abren pues tiempos convulsos y gozosamente democráticos. Porque no olvidemos que la democracia implica circulación de las ideas, pluralismo, voces libres en la plaza pública. Aunque todavía haya algunos a los que eso parece no gustarle mucho. Unas voces libres que, y hoy más que nunca, tienen todo el derecho a cuestionar la continuidad de una institución construida sobre la desigualdad.
Un rey sin Ley

Un rey sin Ley

El rey quiere abdicar pero, de momento, no puede hacerlo porque no hay Ley (orgánica) que regule esta situación excepcional. Pudo haberse aprobado hace tiempo, con calma, y así se solicitó por alguna fuerza política, pero ni este Gobierno ni los anteriores lo consideraron necesario. Ahora vienen las prisas.