Nos hemos quedado sin abuelas.Y sin confesores. Las abuelas simbolizan esa parte femenina y sabia que había en todas las familias. Los confesores, la posibilidad que siempre ha habido de poder contarle a alguien aquello que nos pesa por dentro.
Referirse a las mujeres mayores, a las ancianas, con la palabra «abuela», definirlas por su parentesco y obviar cualquier otra característica, reducirlas a un puro estereotipo, no es una elección trivial e inocente.
Siempre me robaste protagonismo. Les diste todo lo que querían. Nunca les dijiste que no a nada. Doble postre. Chucherías antes de la cena. Unos minutos más en la bañera. ¡Cuánto tuve que luchar por mostrarte respeto a la vez que intentaba que no hicieras de mis hijos unos mimados!