adolfo suárez

La desmemoria sobre Adolfo Suárez

La desmemoria sobre Adolfo Suárez

Las prisas de los líderes del PSOE por alcanzar el poder hegemónico (habrían aceptado una democracia sin que se legalizara el Partido Comunista) les hizo descalificar al presidente del Gobierno al que ahora ensalzan y valoran como deberían haber hecho en su momento.
Riqueza, dignidad y espíritu Suárez

Riqueza, dignidad y espíritu Suárez

Tener una visión larga y ver con claridad aquello que todavía muy pocos pueden atisbar es el privilegio de unos pocos locos. Entre nosotros sigue existiendo, aun cuando lo oculte falsamente algunos rayos de luz, una pobreza igual a la de entonces en un trozo grande de nuestra cultura.
Memorias de la desmemoria

Memorias de la desmemoria

El mejor homenaje que podemos brindar a los protagonistas de aquellos cambios de la transición, a cuya cabeza estaba Adolfo Suárez, es abrir un nuevo ciclo de cambios y reformas constitucionales. El edificio puesto en pie a finales de los 70 rechina por todas las costuras.
Serás un héroe nacional cuando hayas muerto

Serás un héroe nacional cuando hayas muerto

Una impresionante cola salía de las puertas del Congreso para despedirse del expresidente de Gobierno. Una sociedad que se muestra agradecida con su democracia es una sociedad viva; aunque sea ante la muerte. ¿Agradecimiento? ¿Reconocimiento? ¿Simplemente luto?
Suárez por ejemplo

Suárez por ejemplo

Presumía de haberse licenciado en Derecho sin leer un libro, lo que destaca su carácter pragmático. Declaraba su sed de poder sin pudor alguno, aun con cierta satisfacción: se sabía preparado para ejercerlo con eficacia y responsabilidad. Y la historia, en este punto, le da la razón.
¿Presidente, el guaperas secretario general del Movimiento?

¿Presidente, el guaperas secretario general del Movimiento?

Esta pregunta corría de boca en boca por las redacciones de los periódicos. Pero quienes situaron a Suárez en la terna acertaron. Intuían que sería capaz de pulverizar sin alharacas los principios del Movimiento, para colocar a España en la vía de una democracia parlamentaria, todo ello de la mano del rey Juan Carlos. En sus cinco años al frente del Gobierno, de 1976 a 1981, dio la vuelta a España como si fuera un calcetín.