Estos animales llegaron al aeropuerto ruso de Domodedovo el pasado sábado, para que pasajeros de todas las edades pudiesen acariciarlos, abrazarlos y relajarse antes de su vuelo.
Un error que le puede salir muy caro a un joven español de unos 20 años. El chico volvía a Madrid tras un viaje a Tailandia. Desorientado al hacer el transbordo en Múnich, apretó un botón de un acceso que hizo saltar las alarmas del aeropuerto y que provocó la cancelación de decenas de vuelos.
Se han cancelado decenas de vuelos y se espera que pueda afectar a un millar de desplazamientos. Una tromba de agua paraliza el aeropuerto durante media hora.