Nuestro país puede almacenar un tercio del gas europeo, por lo que la UE lo ve como "clave", pero hay un problema: casi no tiene conexiones con el resto del continente.
Ahora mismo, es el principal proveedor que tenemos, un papel que se refuerza ante el alza de precios y el recorte de suministros por la guerra en Ucrania.
Se trata de garantizar su seguridad energética tras el cierre del grifo por parte de Argelia y en la línea de pasar página tras la crisis de Ghali y Ceuta.
Un ataque a civiles argelinos en el Sáhara Occidental es el último episodio de una relación tormentosa que se ha agravado y acelerado en los últimos meses.
"El Estado ocupante marroquí ha decidido continuar con sus políticas agresivas en territorio ocupado, lanzando serios ataques militares en las zonas desérticas liberadas".