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¡En España todo el mundo está terrible, monstruosamente cuerdo!
Mal empezó el primer día de mayo, Día Internacional de los Trabajadores, en mi ciudad, Zaragoza, cuando, una vez más, a la misma hora salieron desde lugares distintos tres manifestaciones sindicales, tres, para poner de manifiesto la falta de unidad en el mundo del trabajo y de la izquierda en general.

