Que el estrafalario Donald Trump siga en la carrera republicana entraña preocupaciones que no son baladíes. Su conservadurismo pasa por la derecha al Tea Party y ensalza elementos nada democráticos, como la homofobia, el machismo y el racismo. Lo peor de todo es que el Partido Republicano no ha podido controlar el baño de popularidad del magnate.
Hoy, cuando ya conocemos la carta de Cameron a todos los mandatarios de la Unión y hemos visto concretadas sus demandas de cambios en cuatro grandes áreas de la arquitectura europea, empiezo a pensar que una delicada e importantísima negociación se abre paso inexorablemente. Por mal que nos parezcan algunas cosas que quieran los ingleses.
El 8 de julio de 2015, el pleno del Parlamento Europeo aprobó la Directiva sobre Derechos de los Accionistas, que obliga a las empresas cotizadas a realizar informes desagregados país por país. El informe, un gran avance en transparencia fiscal, ha sido duramente combatido por los conservadores.