Las reglas, que deben ser aprobadas por el Gobierno federal, no afectarían a los vehículos usados y permitirían que estos permanezcan en las carreteras.
1,65 millones de litros de petróleo están esparcidos por 26 playas y su mar, con un daño ecológico aún sin valorar. La refinería está paralizada hasta que dé garantías.