crianza

A la madre que olvidó su valía

A la madre que olvidó su valía

No hay historias grandiosas, ni cenas fabulosas, ni partidos, ni películas familiares ni nada interesante en general. Siempre pensé que mi vida tendría grandes momentos dignos de una película Disney, pero ahí estaba yo, viviendo una vida que me hacía pensar "¿esto es todo?" o "¿estaré haciéndolo lo suficientemente bien?" o "¿acaso alguien se fija?".
Grandes hitos como padres que pasan desapercibidos

Grandes hitos como padres que pasan desapercibidos

Por ejemplo, cuando los niños aprenden a ducharse solos. Hace poco, a mi hijo mayor le pasó lo mejor que le podría haber pasado. Le pedí que se duchara y, poco después, salió del baño limpio y seco, sin rastro de agua en el suelo. ¡Ni siquiera tuve que recoger sus mil juguetes de la bañera!
¿Hijos? ¡No, gracias!

¿Hijos? ¡No, gracias!

Existen razones coyunturales (la crisis y la precariedad económica), pero, sobre todo, profundas razones estructurales que desincentivan el tener hijos en la actualidad. Derivan del hecho esencial de que la reproducción no está en el centro de nuestro sistema económico y se manifiestan en la falta de apoyo institucional y social: desde la escasez de servicios de guardería hasta la imposibilidad, financieramente hablando, de pedir excedencias más prolongadas que las bajas preceptivas.
No, a mi hijo no le gustan los deportes

No, a mi hijo no le gustan los deportes

No es que mi hijo no practique ningún deporte, es que tampoco le gusta verlos. ¡Madre mía, qué tragedia! Lo sé. Mi hijo tiene una profunda empatía con los demás. Mi hijo tiene una sed insaciable de conocimiento. Pero el mundo sólo tiene reservadas para él preguntas como "qué, ¿juegas al baloncesto?". En serio, ¿es que la sociedad no da para más?
50 cosas que quiero inculcarle a mi hija

50 cosas que quiero inculcarle a mi hija

Por ejemplo: no te quedes fuera por pensar que no estás hecha para algo, pues te sorprenderá de lo que eres capaz; no te veas obligada a bajar el nivel por nadie; compartir es vivir, excepto a lo que parejas se refiere; prueba algo nuevo al menos una vez al mes; haz que la gente recuerde quién eres.
No soy esa madre

No soy esa madre

Soy esa madre que lucha contra una depresión crónica. Soy esa madre que sufre trastorno de ansiedad. Soy esa madre que tiene pánico constante. Soy esa madre que se olvida de las cosas. Soy esa madre que se esfuerza cada día por hacer lo que hay que hacer para tener una vida normal.
Mamis furiosas

Mamis furiosas

En algún momento, la teoría del apego pasó de ser un saber de la psicología del desarrollo a una obsesión que hoy se está instalando como operador biopolítico. Lejos de negar la importancia del apego como conducta, me preocupa el modo en que el concepto se instala, ahora como un ordenador de madres: las de crianza con apego, y las otras, las desnaturalizadas.
Querida mamá internauta, tengo un propósito de año nuevo para ti

Querida mamá internauta, tengo un propósito de año nuevo para ti

¿Qué pasaría si, cuando nos dicen un comentario insensible, en vez de enfurecernos y soltar todo lo que pensamos en Internet, nos paráramos a pensar que a lo mejor estamos siendo un poco más sensibles de la cuenta? Yo he metido la pata muchas veces y, para mí, sería un alivio enorme empezar el año sin ese miedo a desatar la ira de las madres internautas.
Lo estás haciendo bien

Lo estás haciendo bien

¡Eh, tú! La que está sujetando a un bebé con una mano mientras se limpia las babas de la camisa con la otra. La que ha conseguido acostumbrarse a ducharse en 2 minutos. La que se pelea con sus hijos para que hagan los deberes... Quiero decirte algo.
Es que solo tiene tres años

Es que solo tiene tres años

Cuando estoy con mi hija de tres años, pocas veces me libro de su lado oscuro. Solloza constantemente por la injusticia de turno, ya sea porque no le dejo comerse un kilo de gominolas o porque su lámpara de Dora la Exploradora no está bien colocada. A veces me planteo seriamente triturar un tranquilizante y mezclárselo con el yogur.
20 cosas que espero que mis hijas no olviden nunca

20 cosas que espero que mis hijas no olviden nunca

Alimentaos de buenos libros, de canciones que os pongan la piel de gallina y de conversaciones que os hagan pensar o reír hasta llorar. Haced preguntas que no tengan respuestas obvias. No intentéis domar vuestro pelo. No os paséis al depilaros las cejas. Decid "no lo sé" cuando lo penséis para que, cuando digáis "ya lo sé", tengáis más credibilidad.