crisis-del-regimen-del-78
Hace tiempo que el Estado Social que se proclamó en el primerísimo de los artículos de la Constitución Española de 1978 saltó por los aires. Va siendo hora de certificar su defunción. En los últimos años, poco a poco, mediante la adopción de decisiones políticas y normativas estratégicas, se ha ido desactivando el contenido de todas y cada una de las previsiones constitucionales que servían para garantizar la efectividad del Estado social, haciendo que la forma de estado constitucionalizada sea irreconocible.



¿Acaso no son importantes los terrenos que estudia el PSOE en su reforma de la Cosntitución? Lo son, sin duda. Y cambian cuestiones importantes, ¿qué duda cabe? Pero no estamos tan seguros de que con ellas se dispongan realmente los escenarios innovadores y valientes que no solo modifiquen procedimientos, sino que transformen la mentalidad ciudadana y nuestra política a través del acuerdo jurídico de la vida pública. Y de eso debe tratar una Constitución, ¿no?




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