"Bien muerto está" o "vergüenza de Policía" son algunas de las frases que escribió la joven, libre con cargos por delitos de odio, injurias y calumnias.
Lo que gritaban los agresores era el grito de guerra que la gran mayoría de homosexuales ha temido escuchar alguna vez en su vida: "Fuera de aquí, maricones de mierda". Una guerra declarada desde la ideología viril y machita del heteropatriarcado, del cual parece que no somos capaces de desembarazarnos.