Rafa Botella se quedó tetrapléjico en 2004 y, desde 2015, sufre un dolor crónico que hasta le deja sin habla. Él, la persona "con más ganas de vivir", defiende el derecho a poder morir dignamente.
Es momento de actuar para conseguir legar a nuestros hijos e hijas el planeta que queremos: un lugar en el que se vela por la sostenibilidad y la justicia social.
Padres y profesores no tienen el derecho a educar a sus hijos en el odio; en cambio los menores sí tienen el derecho de recibir una educación en libertad.