
desigualdades



Tuve que vestirme de chico para poder ir a la escuela
Nací en el distrito de Waras en 1993. La primera reacción de mi familia a mi nacimiento no fue alegría, sino pena. Si hubiera nacido chico, lo habrían celebrado con una antigua ceremonia. Día sí día también, mi familia hacía resonar mi llanto, repitiendo cada lágrima mientras maldecían a mi madre por traer a otra mujer al mundo.

Dejad de preocuparos por el ébola (y empezad a preocuparos de lo que significa)
Con la suficiente voluntad política y el apoyo financiero exterior, los países africanos pueden prevenir las enfermedades. Puede que no ocurra de la noche a la mañana, pero sí con el tiempo suficiente como para frenar la próxima gran epidemia incluso antes de que comience.